A todos nos pasó de conocer a alguna persona con la cual tenemos "asuntos pendientes". Puede ser un viejo ex novio de la adolescencia. Un compañero de trabajo que hasta ese momento estaba de novio y ahora ya no. Un amiguito de la niñez, que con el correr de los años se puso... divino!! Un compañero de algún curso estúpido que hicimos y con el cual hubo un histeriqueo que nunca se concretó. Una conquista de alguna noche en un boliche... Lo que sea. Se trata de "esa persona" con la cual "pasó algo" pero... hasta ahí, no se concretó. Y luego el tiempo fue pasando, la cosa se fue enfriando...
La cuestión es que en algún momento, como siempre, la vida ofrece una revancha, un reencuentro: esa oportunidad de que "pase algo concreto".
Pero en general, suele suceder que cuando "eso" se concreta, nos llevamos un chasco y resulta ser una desilusión. ¿Por qué? ¿Los asuntos pendientes están destinados al fracaso? ¿Será que fantaseamos tanto con esa situación e idealizamos tanto a esa otra persona, que indefectiblemente nos comemos un garrón?
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