martes, noviembre 30, 2004
FRASE CÉLEBRE (confitada)
"Vos sos una mujer para casarse".

Me la dijeron tres veces. Tres hombres distintos. De más está decir que nunca prosperó.
Como nunca la entendí, abro los comments para el debate.

A ellas: ¿Alguna vez les dijeron lo mismo? ¿Qué sintieron? ¿Cómo se interpreta?
A ellos: ¿Alguna vez la dijeron? ¿Las mujeres se catalogan en "para casarse" y "para la joda"? ¿Qué implican estos conceptos?
Opinen. Aprovechen que es gratis.

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domingo, noviembre 28, 2004
MIEDO
¿Miedo de qué? Del tiempo.
El tiempo siempre me dio miedo. Le tengo temor a esa variable que no soy capaz de dominar y que juega conmigo a su antojo.
Dentro de tres días arranca el último mes del año. Eso es algo que me asusta. La velocidad con la que pasa el tiempo me asusta.
Si soy capaz de recordar a la perfección los días en los que no tenía necesidad de caminar porque me transportaban en ese cómodo cochecito. Los veranos pedaleando mi triciclo en Uruguay. Todas las canciones del jardín de infantes. Los asaltos de la primaria. El viaje a Disney. Las galletitas de miel de mi abuela. Los mimos de mi mamá. Patitas de tero, como me decía mi tío. La secundaria. Desarrollarme. La matiné. El primer beso. Los campamentos. Vivir sola cinco meses en Europa. La primera vez. Ser bachiller. La facultad. Ser licenciada. Ejercer. Trabajar. ¿Cómo es que todo pasó tan rápido?
Y llego al hoy, donde se supone que debería tener las cosas un poco más claras. Donde estoy en una edad en la que ya asumí todas las responsabilidades máximas: trabajar, independizarme económicamente, vivir sola. Y me doy cuenta que no tengo nada claro. Que quiero seguir, pero no por donde voy. Que quiero estudiar otra cosa y trabajar en otro lado. Que quiero seguir conociendo el mundo. Y que mi susanística ambición no tiene perspectiva de concretarse hasta dentro de unos cuantos años más.
No estoy insatisfecha ni deprimida. Todo lo contrario. Estoy orgullosa de todo lo que logré y entusiasmada con mis ganas, con mis proyectos, conforme con la realidad en la que vivo. La paso bien. Me divierto... Pero está ese miedo.
Hago un stop irreal ahora, en este mismo instante, y pienso.
Me da miedo que el tiempo no me alcance.
Me da miedo elegir.
Me da miedo quedarme corta.
Me da miedo saber que poco a poco los que están a mi lado comenzarán a partir.
Me da miedo pensar que quizás no logre hacer todo lo que quiero.
¿Miedo de qué? De eso. Del tiempo.

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sábado, noviembre 27, 2004
MOVE ON
Hacer lo saludable es cuando después de decir, tu conciencia queda en paz y tranquilidad. Cuando no duele. Cuando ya no genera ni siquiera bronca. Cuando el sentimiento de culpa que los demás intentan infligirte ocupa un porcentaje tan pequeño de tu mente, que se dispersa y ni se nota.
Hay momentos en la vida donde el egoísmo es saludable. En realidad, si nos ponemos a pensar: durante toda la vida hace falta una cuota de egoísmo para no salir lastimado de todas las situaciones. Al fin y al cabo llegamos a este mundo solos, y nos vamos a ir solos también. Si no nos cuidamos a nosotros mismos, nadie lo va a hacer. Y no me vengan con la cursilería del amor, porque no es así. El amor es compañerismo, es compartir pero hasta ahí, y punto.
La complejidad que se le intente dar a las palabras ya no me interesa. Prefiero quedarme afuera antes que perderme en laberintos de pensamientos retorcidos. ¡Ey, la vida es mucho más simple! Todo, todo era muchísimo más simple. ¿Por qué esa obsesión por querer complicarlo? ¿Cómo es que te cuesta tanto entender eso?
Pero si algo aprendí es eso: ya no me quedo enganchada en este tipo de situaciones. No me detengo. Sigo caminando. El que quiera y pueda, me sigue el ritmo, si es que tiene ganas de venir conmigo. Pero yo no voy a enlentecer mi marcha para esperar a los rezagados.
Se acabó. No más palabras.

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viernes, noviembre 26, 2004
PENAL
Chiquito miraba por la ventana con sus ojos tristes. La cabeza sostenida por su puño cerrado. El codo apoyado sobre la mesa.
Chiquito odiaba que lo llamaran Chiquito, solamente por ser el menor. Él tenía un nombre que prefería por sobre ese apodo al que no lograba encontrarle el matiz cariñoso.
Chiquito observaba cómo las gotas de lluvia resbalaban por el vidrio y la bronca se multiplicaba en su interior. Odiaba los días de lluvia. No quería ir a la escuela y tener que ponerse las botas Pampero amarillas.
Chiquito cerró los ojos y se transportó a un día soleado. Las botas amarillas se convirtieron en botines negros. El césped del estadio creció bajo sus pies. Tomó carrera, pateó y la tribuna estalló en un único grito de victoria.
Chiquito corrió, se sacó la camiseta y la agitó en el aire.
Cuando se la volvió a poner, el mundo entero pudo leer el estampado por encima de los bastones que enmarcaba al número nueve: Francisco.

Dedicado a este blog, en su primer cumpleaños. Al blog eh! A vos no, nene!... Bueno, a vos también.

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jueves, noviembre 25, 2004
ME GUSTA SER RUBIA (Capítulo Final)
Ni hueca. Ni cheta. Ni insulsa. Ni histérica. Ni nerd. Ninguna. O todas ellas a la vez.
Rubia. Sí. ¿Y si fuera morocha, qué?
Castaña. Colorada. Negra. Mestiza. Oriental. Albina.
Todas contamos con nuestras armas.




Ninguna. Todas.
Pero bajo ningún punto de vista, tonta.


Special thanks al Tío por el aporte ilustrativo!

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miércoles, noviembre 24, 2004
PUENTES
El encuentro fue un día de primavera, en una ciudad repleta de puentes. Imaginaron que ese sitio sería el puente perfecto entre sus distancias, y así fue.
La primera sensación al verse fue extraña, una mezcla entre ansiedad, timidez, vergüenza y desesperación. Sentirse extraños y, a la vez, sentirse viejos conocidos. Se miraron unos breves pero eternos segundos, se sonrieron y luego se abrazaron, deteniendo todos los relojes y acortando todas las distancias.
Se habían jurado tácitamente no hablar de sus universos reales. Durante esas cuarenta y ocho horas existirían únicamente ellos dos.
Caminaron por los puentes y la incomodidad de los primeros segundos quedó atrás con la misma rapidez con la que, tras mirarse a los ojos, terminaron derritiéndose en un beso.
Aquel lugar les ofrecía el escondite perfecto donde podían ser anónimos amantes a los ojos de cualquier desconocido. La ciudad de los puentes guardaba su secreto más preciado.
No hubo prácticamente momentos de silencio, salvo aquellos que eligieron para mirarse a los ojos sin creer todavía la locura que estaban viviendo.
Al caer la noche, una habitación de hotel guardó con discreción los gritos de placer entre sus sordas paredes. Él cumplió con todas sus promesas. Ella no lo defraudó.
El sol de la mañana los sorprendió enredados. Ella sonreía y, mientras jugaba con su cuerpo, él le preguntaba por qué. "Es que ahora puedo atesorar tu olor para siempre. Ahora sé cuáles son tus colores reales y qué gusto tiene tu piel. Y por más que no te vuelva a ver, quedarán por siempre guardados dentro de mí, para que así pueda recordarte cuando quiera".
Unas horas más tarde, sus cuerpos se encontraban en un último abrazo de despedida. Ya era la hora, y por más que intentó contenerse, ella no pudo evitar llorar.
"Te enamoraste...", le dijo él.
"No me enamoré", le respondió ella, "Es sólo que mi mundo de fantasía es tan perfecto que a veces odio vivir en la realidad".

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martes, noviembre 23, 2004
EL DÍA DESPUÉS
Cuando la situación soñada durante años nos aborda y se convierte en una realidad, la mente queda descolocada. Todo se altera. El cuerpo duele en zonas donde no teníamos noción que existían músculos, huesos o articulaciones. El alma queda tan inquieta que no nos deja dormir, intentando expandirse en nuestro interior. Una sonrisa enorme se dibuja en nuestras caras. Nos acostamos y abrazamos a la almohada. Cerramos los ojos pero es imposible. Las imágenes, los olores, las sensaciones vuelven, y nos recorre un cosquilleo eléctrico por dentro.
Entonces decidimos que es mejor levantarse. Nos miramos al espejo y pensamos "No lo puedo creer". Nos avergonzamos de nuestro reflejo. Nos reímos sin razón al recordar una frase, al poder reproducir exactamente en nuestra cabeza un tono de voz.
El mundo pasa a tener otra dimensión. Por un buen rato nada tiene valor salvo esos magnéticos brazos a los que queremos volver, una y otra vez. Recordamos la tersura de esos labios, la temperatura de esas manos. Nuestro cuerpo queda impregnado de un aceite extraño e intenso. Y ya no importan ni el trabajo, ni la familia, ni la casa, ni la mascota, ni si llueve o hace calor. Nuestra única misión es lograr acortar la distancia temporal que nos separa de un nuevo encuentro.
Debemos saber que por más que existan, ninguno de esos encuentros volverá a tener el mismo sabor ni la misma magnitud que el primero. Y es allí donde debemos comprender que las preguntas sin respuesta no deben tener cabida en el presente. Que mejor es relajarse y dejar que el conjunto que forman nuestro cuerpo, mente, alma y corazón registren estas sensaciones únicas e irrepetibles y las atesoren. Difícilmente vuelvan. Los sueños anhelados por años y ahora cumplidos se cuentan con los dedos de una mano.

Dedicado a Caro. Porque aunque sepamos que el dolor será inevitable, no debemos por eso perdernos de sentir. Y porque de eso también se trata la amistad: fomentar impulsos, disfrutar la alegría y si después te caés, mi mano te va a ayudar a levantarte. Pero después. Ahora, seguí sonriendo.

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domingo, noviembre 21, 2004
PREMIANDO...
En un notable esfuerzo de producción, hoy tengo el agrado de comunicarles que ya están listos los pequeños y humildes Premios El Mar Azul 2004!
Ante todo, quiero expresar aquí también mi profundo agradecimiento a Sensei Nitsuga por el diseño de los mismos. Gracias por coparte y hacerlos tan pero tan bonitos!!

Repasemos hasta aquí los ganadores:
Mejor template: Bonsai Gigante
Mejor blog de contenido humorístico: Necesito un tiempo
Mejor blog grupal: Hi-Fi Blog
Mejor blog masculino de contenido poético/literario: El Dado
Mejor blog femenino de contenido poético/literario: Tócame Roque
Mejor blog de variedad de contenidos: Intolerante
Mejor comentarista en tagboards: Josi
Mejor comentarista masculino: Nohorbee
Mejor comentarista femenina: SerPiente
Mejor saga de posts: "Dias memorables"

Todos ellos estarán recibiendo en estos días su premio. Pueden hacer con él lo que gusten: exhibirlo orgullosos en los templates, postearlo, imprimirlo y pegarlo en el corcho de la oficina, tirarlo de una a la papelera de reciclaje... lo que quieran!

Todavía quedan algunas nominaciones más, así que... no dejen de votar!

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LA PARADOJA DE TU DÍA
Otra vez hoy es 21 de noviembre. Otra vez estás cumpliendo años. ¿Te diste cuenta de las paradojas? Fijate, yo te voy a hacer un resumen:

Cuando todavía éramos nada más que amigos, el primer 21 de noviembre, el de tu cumpleaños número 21, estabas semi enojado conmigo y con cara de culo porque tu mamá me había metido en la organización de una fiesta sorpresa para vos. Claro, era una fiesta que vos no querías.

Cuando cumpliste 22, estábamos tan peleados que ni nos hablábamos.

Para tus 23, seguíamos peleados, pero ya no tanto. Llegaste con un paquete de facturas y me convidaste un cañoncito de dulce de leche. Yo me hice la tonta y te dije: "Ah, cierto que hoy es tu cumpleaños... felicidades!". Pero en realidad lo sabía perfectamente.

Cuando cumpliste 24, aprovechaste la excusa y te tomaste el día por examen. Me acuerdo que te llamé miles de veces a tu celular para saludarte, pero vos habías decidido "no atender llamados" porque no querías que nadie te saludara, y no me quedó otra que dejarte un mensaje en el contestador. Fue apenas 2 semanas más tarde que empezamos a salir.

Tus 25 nos sorprendieron transitando una pelea feroz. Pero, como siempre, impuse una tregua y te llamé por teléfono apenas unos segundos pasada la medianoche. Te emocionaste. Me dijiste que me querías mucho y que no querías pasar tu cumpleaños separado de mí. La noche de tu día me aparecí en tu casa con uno de los regalos que más te gustaron en la vida y una carta donde te decía que había soñado con un 21 de noviembre completamente distinto para nosotros dos. Esa noche no dejabas de abrazarme. Dos días más tarde te ayudaba a decorar el lugar donde festejamos tus bodas de plata con la vida (como vos decidiste bautizar ese festejo). En la fiesta no todo salió bien y yo me volví sola a mi casa en un taxi, enojada y reprochándome quererte tanto. Una hora más tarde estabas prendido al timbre de mi puerta, pidiéndome perdón. Terminamos teniendo nuestro festejo privado y amanecimos juntos muy entrada la tarde. Pero abrazados.

Para tus 26, la que estaba profundamente enojada y peleada con vos, era yo. De cualquier forma, me era imposible ignorar la fecha. Vos ya habías intentado ignorar mi mirada cuando, por la mañana, nos habíamos cruzado fugazmente en un pasillo. Por eso fue que, ya en la tranquilidad de nuestras respectivas casas, te llamé por teléfono. Y cuando atendiste y yo te dije "Feliz cumpleaños", te quedaste helado, cambiaste la voz y me respondiste con un tímido "Gracias. Sinceramente no esperaba que me llamaras". Terminamos llorando los dos al teléfono. Vos me pedías que fuera a verte y yo te pedía que no me pidieras eso. Me contuve y me fui a lo de una amiga. Al día siguiente me enteré que vos habías terminado en los brazos de otra.

Ahora llegaron tus 27. Ya no estamos juntos y sabemos que ninguno de los dos quiere eso. Ya pasaron todas las tormentas. Pasó la etapa del duelo, del no hablarnos, del odio. Ahora mantenemos una cordial relación en la cual curiosamente ya no hay agresiones, no hay maltratos, no hay malas ni segundas intenciones. Inclusive hasta somos capaces de compartir salidas y tener la velada en paz. Parecería como que de pronto pudimos encontrar ese punto que antes tanto nos costaba. Parecería que aprendimos a comportarnos como personas adultas.
Es el primer año de estos seis que te conozco, que puedo decirte "Feliz cumpleaños" sabiendo que es sólo eso: un saludo que conmemora el día en que naciste. No hay más misterios, ni vueltas, ni secretos.
No soy quién para juzgar si te merecés la parte de "feliz" o no. Sé que mientras estuviste a mi lado tus cumpleaños nunca fueron felices para ninguno de los dos. Y a esa paradoja me refiero: ¿te das cuenta que tenía razón cuando te decía que estábamos juntos sólo para destruirnos mutuamente y autodestruirnos?
Por eso, hoy sí: "feliz" cumpleaños! Porque yo puedo ser (y de hecho lo soy) feliz sin vos. Y estoy segura de que vos también podés ser feliz sin mí. Y eso, en vez de entristecerme, me pone contenta por los dos.

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viernes, noviembre 19, 2004
SOLUTION PROVIDER
Como ya la mayoría de ustedes saben, yo trabajo en la Administración de un colegio privado. Sin embargo, si me preguntan específicamente a qué me dedico, resulta bastante difícil de explicar.
Guiarse por lo que figura en mi recibo de sueldo no es de mucha ayuda, ya que al lado de donde dice "Cargo:" pusieron "Administrativa". Daaaah, gran cosa!
En principio me dedico a varias cosas. Soy la asistente del administrador general, es decir que tengo un poder en la toma de decisiones bastante alto. A la vez, soy la encarga de compras y atención a (molestos) proveedores. Debido a esto, manejo el stock de artículos de librería, insumos de computación y farmacia para todo el colegio. Hago balances de stock (o sea: le miento al Excel). Soy la mala persona que a fin de año rompe los quinotos con el inventario. También tengo como tarea mantener actualizados los contenidos de la página web de la institución (para ello me pagaron los cursos de Dreamweaver, Flash y HTML; ah qué, no eran para poder embellecer mi blog?...). Me dedico a la organización de todos los eventos que se realizan durante el año (lo cual está definiendo mi futuro vocacional, ya que el año que viene pienso dedicarme a estudiar dicha carrera). Organizo toda la parte administrativa de los campamentos y viajes educativos: contratación de micros, alojamiento, liquidación de honorarios docentes. Me encargo de supervisar la contratación de servicios externos, como por ejemplo, el soporte técnico de nuestras (maltrechas) computadoras. Ese tipo de cosas.
Pero no se crean que es sólo esto lo que me mantiene ocupada las 8 horas que estoy metida ahí adentro. No.
La gente que trabaja ahí, es decir, mis otros 228 compañeros de trabajo, piensan que yo lo sé todo. O casi todo. Porque cada vez que necesitan saber algo, preguntar algo, o algo no les funciona bien, recurren a mí. Es así como a veces me encuentro, por ejemplo, configurando un Outlook. O haciendo un cartel de "Clausurado" para el baño del primer piso que está perdiendo agua (sí, aquel en el cual estuve a punto de escribir: "Clausurado. Váyase a cagar (a otra parte)!"). Ese tipo de cositas.
Hace aproximadamente un año charlábamos con mi amiga Silvia, quien anteriormente ocupaba mi puesto, pero que ahora pasó a otra sección, y ella me decía que se encontraba con las mismas dificultades que yo para definir el nombre de nuestra función. Y fue así como, un día, revolviendo por la net encontramos que en Microsoft existe algo que se llama Solution Provider. De esa forma, definimos el puesto. Nos autoproclamamos solution providers!
El rumor comenzó a extenderse por el resto del personal, y recayó en mí la responsabilidad de responder a dicho título. Es por eso que si pudieran pasar aunque fueran diez minutos por mi oficina, verían que siempre hay gente hablándome al otro lado del escritorio, contándome sus problemas. Que cada cinco minutos, cuando el Outlook revisa automáticamente si tengo mensajes nuevos, me caen unos 8 mails, de los cuales 4 son spam, 1 entra en la categoría varios, y los otros 3 son mails internos con consultas. Y que además mi teléfono no para de sonar. Encima lo tengo con el timbre puesto tan fuerte, que si estoy en otra oficina (incluyendo las del piso de arriba), llego a escucharlo y empiezo a tomar las llamadas desde cualquier otro interno.
Como bien me decía hoy a la tarde el amigo naTán: deberían cambiar el primer 1 de mi interno por un 9. Sería muchísimo más acorde a la situación tener ese número de interno en vez del 111.

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jueves, noviembre 18, 2004
PROYECTO
Tengo frente a mis ojos una hoja de formulario continuo, de esas que tienen el troqueladito con los agujeritos a los costados. Está impresa. Tiene mi nombre. Y es una simple hoja, pero a mis ojos dice que me acerca un pasito más. Que hace un poco más real algo que hasta hoy era un sueño, un deseo, una idea, las ganas. Ahora ya toma carácter de proyecto.
Esa hoja dice que (siempre y cuando pague una suma de dinero previamente) el sábado 30 de abril de 2005, a las 13.45 hs, hay un asiento reservado para mí en el vuelo 681 de Alitalia que parte desde Ezeiza, y que a las 7.35 hs del domingo 1 de mayo voy a apoyar mis pies en Roma.
De la misma manera, el martes 31 de mayo a las 16.55 hs me esperan en Madrid, así el miércoles 2 a las 6.05 hs les puedo volver a dar un abrazo a mis viejos y decirles simplemente: "Gracias!".
¿A qué me voy a dedicar durante ese mes? Primero pienso practicar todo el italiano que estudié durante el año pasado, volviendo a perderme en las laberínticas calles de la capital italiana, donde es imposible decir: "Me voy a dar una vuelta manzana" y retornar al mismo punto de partida. Después voy a hacer que mis ojos suspiren admirando los lagos del norte (Como, Maggiore) y también un poquito a los hombres más bellos del planeta: los italianos de Milán.
De ahí me voy para el lado de la sangre y los genes y voy a volver a abrazar a mi hermana después de más de un año. Conocer el pueblito oculto entre los Alpes alemanes donde vive. Conocer su casa. Reírme de las gansadas que dice su novio y dejar que me paseen un poco, así yo también puedo jugar a que soy Heidi.
Un tren me llevará más hacia el frío y chato norte de Alemania para reencontrarme con Renate, mi mejor amiga de aquellos 5 meses en los que viví allá, a quien no veo desde hace 10 años. Y seguramente no nos alcancen las horas ni los días para contarnos todo. Me voy a volver a dar cuenta de cuánto la extrañé estos años.
Posteriormente vendrá otro esperado reencuentro: mi mejor amigo, Max a.k.a. la Morsa. A él hace 3 años que no lo veo. Y ya desde esa última vez que vino a visitarme no toma más alcohol, así que no puedo decir que juntos nos vamos a tomar todos los litros de cerveza del mundo como en los viejos tiempos, pero seguramente nos reiremos mucho cuando le cuente que por este medio lo conocí a peluca, quien hace unos años fue compañero suyo en un laburo, y que podemos pasar horas contándonos mutuamente anécdotas que tenemos en compañía suya.
Los abrazos no terminan acá. Porque aunque no los conozca todavía personalmente, se viene un abrazo gigante cuando en París me encuentre con los Farfos! Y voy a dejar que me lleven a vivir la vida en farfo-rosa, ya que seguramente así logren que me enamore de la ciudad de la luz y pueda dejar atrás la imagen fea que tengo de ella.
Para cerrar el viaje, me voy a conocer España, un país que me quedó pendiente en mi estadía europea anterior. Barcelona y Madrid serán mis últimos destinos antes de regresar al otoño porteño y volver a sentarme tras el escritorio de mi oficina. Ese escritorio que será mi destino cada uno de los días del próximo verano.
Pero no importa. Cuando ya ni el aire acondicionado de la oficina logre consolarme, voy a volver a agarrar este papel troquelado y lo voy a leer cuantas veces lo necesite, para que me vuelva la sonrisa de oreja a oreja que tengo en este momento.

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miércoles, noviembre 17, 2004
CONFESIONES
Unas semanas antes de tomar mi primera Comunión, nos hacían pasar por nuestra "primera confesión". A mi me tocó ir primera de todo el grupo. Me senté al lado del Padre Jorge (quien, debo aclarar, me adoraba con toda su alma; era su preferida y no tenía inconvenientes en demostrarlo) y le dije algo así:
"Le quiero pedir perdón a Dios por todos mis pecados. Por las veces que desobedecí lo que me dijeron mi mamá y mi papá. Porque a veces me peleo con mi hermana y le digo cosas feas. Por todas las malas palabras que dije. Y por mentir."
"¿Qué clase de mentiras, Naty?", me preguntó el Padre Jorge.
En ese momento me puse muy nerviosa. No podía recordar puntualmente ninguna mentira como para declararla, pero tenía que decir algo! Sentía como si me hubiesen estado tomando lección... pero ante Dios... así que no se me ocurrió mejor idea que... mentir! Sí. Mentí sobre una mentira, en mi primera confesión! Le empecé a inventar no sé qué verso de una pelea estúpida entre mis amiguitas del colegio y yo, la típica de llevar y traer, cualquier cosa...
Finalmente el Padre Jorge aparentó creerse mi mentira (ja!) y me dio la absolución: "Rezá tres Avemarías", me dijo.
Dicen que cuando uno arranca con el pie izquierdo, ya después es difícil enderezar. Si así fue mi primera confesión, imaginen cómo fueron las (pocas) siguientes. Siempre en el momento de arrodillarme y empezar a contar, la mente se me pone en blanco y no recuerdo nada puntual por qué pedir perdón. Y no es que no me mande mocos eh! Y además, consecuentemente, mi penitencia fue siempre rezar equis cantidad de Avemarías.
A los 17 me cansé. Y decidí que no iba a volver a confesarme por un buen tiempo. O al menos, no delante de un cura. Esa decisión la tomé en conjunto con la de dejar de meter a la Iglesia como institución entre mi fe y mi Dios. La fe la conservo intacta. Sigo siendo católica apostólica romana. Simplemente dejé de necesitar a la Iglesia como instrumento. Si me quiero confesar y pedirle perdón a Dios por algo que sé que hice mal, lo charlo con él en privado. Y rezo la cantidad de Avemarías que se me antojan y, en todo caso, me autoimpongo otro tipo de "penitencias" (como hacer obras de bien). Lo mismo para agradecer, para pedir, para todo.
¿Y todo esto por qué surgio? Por culpa de Caro, que revolviendo papeles viejos encontró la estampita de mi primera Comunión:


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martes, noviembre 16, 2004
DESESTRUCTURANDO A PAPÁ
Durante mis últimos quince años me tomé el trabajo (fino) de desestructurar a mi papá. Él siempre fue una persona bastante inflexible y conservadora, y no fue muy permisivo conmigo, cuando arrancó mi etapa adolescente y yo quería, por ejemplo, salir con mis amigos los fines de semana a la noche e ir a bailar. Cada tanto me dejaba, pero no todas las semanas. Y cada vez que le pedía permiso para salir, era toda una historia. Mi hermana mayor no ayudó mucho, ya que ella nunca fue una persona de salir mucho, entonces no me allanó el camino. Me lo tuve que hacer solita, a pesar de ser la menor.
La primera vez que me dejó ir a bailar yo tenía 13 años, y el lugar elegido fue la matiné de New York City. A las 12 en punto me pasó a buscar por la puerta. Y el ritual se repitió durante los dos años siguientes.
A los 15 comenzamos a frecuentar Engelberg (boliche que luego se llamó Los Cabos), pero en vez de ir a la matiné, íbamos a la noche (sí, éramos re bananas y nos sumábamos edad!). Yo tenía la suerte que una de mis amigas vivía en ese entonces a cuatro cuadras del boliche. Entonces le decía a mi papá que me iba a la matiné y que me quedaba a dormir en lo de Julieta, cuando en realidad nos juntábamos allí temprano para vestirnos, maquillarnos y hablar de chicos hasta que se hiciera la hora de ir al boliche, volvíamos re tarde, y yo después el domingo al mediodía me levantaba sola, como podía, y me tomaba el 60 hasta mi casa para poder estar en el almuerzo familiar y no despertar la ira de papi.
A los 17 me puse de novia y ahí fue cuando papá empezó a relajar. Veía que mi novio siempre me traía hasta casa y que además yo seguía cumpliendo los horarios de toque de queda que él me imponía. A los 18 logré convencerlo de que me dejara ir de vacaciones sola con mi novio. A mis 21, fue mi padre quien gestionó ante mi mamá todos los chamuyos y excusas necesarias para que yo me pudiera ir a vivir sola a lo que hasta ese entonces había sido la casa de mi abuela, quien había fallecido unos meses atrás. En ese entonces yo seguía de novia, y, aunque me sorprendió la gestión y la propuesta de mi papá, más me sorprendí cuando una noche, en reunión familiar, escuché cómo él le decía a uno de mis tíos: "Naty vive sola y por más que yo sé que X (nombre de mi entonces novio) va a visitarla, estoy seguro que no se queda a dormir con ella, porque yo a Naty le pedí que respetara lo que había sido la casa de su abuela"! Pobre...si hubiese sabido que X dormía en casa 4 de las 7 noches que tiene una semana...
A los pocos meses, la relación con X se terminó y yo me dediqué a salir (y entrar a mi casa) con quien se me antojara. Mi papá no tenía por qué enterarse, pero obviamente se daba cuenta. No le quedó otra que seguir relajando. Además, la nena crecía y ya se le complicaba controlarla.
Durante los 2 años que salí con Y, nunca blanqueé la relación ante mi familia. Lo conocían, lo escuchaban nombrar, sabían que salía frecuentemente con él, pero yo no le había puesto ningún título oficial. Transcurriendo el año nuevo del 2003, me senté y le dije a mi papá: "El 3 de enero me voy a pasar 3 días con Y a San Pedro". Inocentemente, pensé que esta frase iba a desatar una batalla de preguntas y cuestionamientos. Pero sorprendentemente, mi papá sólo me dijo: "Bueno, buen viaje y decile a Y que maneje con cuidado. Traeme una bolsa de naranjas". Ahí empecé a sospechar que mi trabajo de desestructuramiento había hecho efecto.
Últimamente comienzo a pensar que se me fue de las manos. En la última reunión familiar, se entabló el siguiente diálogo:
- ¿Y? ¿Cuándo me vas a presentar un novio?
- Probablemente el día que te traiga mi participación de casamiento, pá.
- Dale, que yo ya tengo ganas de ser abuelo!
- Que la boca se te haga a un lado!
- Bueno... Igual, posibilidades no faltan, ¿no? No tenés cara de pasarla tan mal...
- ...

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lunes, noviembre 15, 2004
CHAMUYO STAND-UP
Güelcam evribadi a Chamuyo Stand-Up! ¿Qué es esto? Ay ay, tengo que explicarles todo... leé acá, papafrita y enterate!

Como bien ya les comentó mi metroamigo personal, chamuyero y tiragalgos de primera línea, el Toro, es mi turno de contarles ahora toda la verdad y nada más que la verdad (sí, juro!) acerca de "La utilización del toro mecánico en el campo argentino como tecnología para la estimulación de las vacas y el posterior agigantamiento de sus glándulas mamarias, resultando de esto un boom en la producción lechera".

Mi investigación comenzó hace algunos años, cuando alejándome del stress que provoca esta metrópolis, me refugié unos días en el campo argentino, más precisamente en la localidad de Gualeguayconelrevoleodelponchochú. Hacia ese lugar partí con mi bolsito y un anotador como único equipaje, dispuesta a livin' la vida tranca (o detrás de la tranquera).
Me recibió un tal Gumersindo, mascullando un "Güen día, gurisa" de entre su desdentada sonrisa y enseguida me acompañó hasta una sobria y discreta habitación en un ranchito. Ese sería mi refugio, allí encontraría la paz que mi alma (naque) necesitaba.
Los primeros días me dediqué a pasear por los campos, deshojar girasoles al ritmo de "me quiere, no me quiere, mucho, poquito, nada, histérico, metrosexual, guei!", comer pollo al disco (sirve!), asado con cuero 100% genuino y desayunar con pancito de campo caliente y leche recién ordeñada. Por las tardes dormía largas siestas santiagueñas. Y fue durante esos ratos de sueño cuando empecé a notar cierta hinchazón en mi pecho. Sí. Algo muy raro eh. Hablando mal y pronto: cada día notaba que me crecían más las tetas!
Don Gumersindo comenzaba a mirarme con cariño. Bah, en realidad yo notaba que en vez de mirarme a los ojos, le hablaba a mis pechos. Pero yo me hacía la tonta (que me sale bastante bien), porque sinceramente no había ido al campo a pasar días lujuriosos, y además, don Gumersindo no me erotizaba en lo más mínimo.
Una mañana, don Gumersindo me pidió que lo acompañara hasta el tambo a ordeñar a las vacas. Acepté con gusto. Fue en ese momento cuando noté que no solamente a mí me estaban por estallar las remeritas, que ya me quedaban demasiado ajustadas debido a mi incipiente delantera al estilo María Eugenia Ritó, sino que las señoras vacas portaban también con tremendas ubres! Tan pero tan grandes que rozaban el piso!
Asombradísima, decidí que era tiempo de dejar de lado los rodeos y le pregunté a don Gumersindo qué cuernos pasaba en ese campo con el tema de la vaca, la leche, la teta y la mar en blog (digo... en coche)!
"Muy zimple, zeñorita. Aquí hemo' dezayoiado un programa de estimulazión de las glándulaz mamariaz en la' vacaz. Y a uzté, que ademáz toma la leche rezienzita ordeñada, le eztá haziendo efecto también, por lo vizto...!", comenzó a explicarme.
"¿Cómo es eso? Explíqueme mejor, que no entiendo nada!", lo increpé.
"Y... ez que con la iegada del cable al campo, ze nojiluminó la idea...".
"¿El cable? ¿La televisión por cable? ¿Qué tiene que ver eso?", pregunté.
Don Gumersindo suspiró y se sentó a explicarme: "¿Vio que hay un canal que ze iama emetevecorta?..."
"¿MTV?"
"Zí, eze mizmito!"
Entonces don Gumersindo me contó que, mirando MTV en ronda de mate con otros gauchos, vieron el video de "Don't tell me" de Madonna. Ése, donde la diva está vestida de cowgirl y se agita sobre un toro mecánico. Particularmente les llamó la atención el tamaño de los pechos de la blonda e, ignorantes como son (o no) y luego de unos cuantos mates con yuyos (cof cof!), llegaron a la conclusión de que evidentemente debía haber alguna relación entre el toro mecánico, la música y las glándulas mamarias prominentes.
Se pasaron los siguientes meses desarrollando en el laboratorio de don Segismundo (el del rancho vecino) un microchip que contuviera las imágenes del mencionado video de Madonna. Cuando esto estuvo listo, no tuvieron más que arriar a las vacas, enfilarlas en el matadero e inseminar artificialmente a cada una de ellas utilizando, obviamente, un toro mecánico para que, luego de algunos agitados movimientos sobre el lomo de su compañera de turno, el torito les insertara el chip... porque lo importante es el chip, mamucha, mamaza, vacaloca qué yegua que sos!!!
Al tiempo los gauchos comenzaron a notar que la inseminación había hecho efecto. A sus vacas les crecían día a día sus glándulas mamarias, y así ellos obtenían más leche en cada ordeñe y, por consiguiente, más platita.
"Perfecto. Pero ¿y eso qué tiene que ver conmigo? Una cosa es que funcione en las vacas, pero de ahí a que me crezcan los pechos a mí... ¿qué me está queriendo insinuar?", le pregunté indignada.
"Io no zé, zeñorita", me respondió riéndose, "E' la primera vez que vemoz que haze efeto en una dama! ¿Zerá que uzté tiene alma de vaca? O de ternerita...".
Hice una mueca y decidí que era tiempo de volver a la ciudad. Si permanecía más tiempo ahí, corría un doble riesgo: que ya no tuviera ropa adecuada para ponerme, y que Gumersindo, Segismundo y toda la ranchada de testosterona alterada (como buenos gauchos) se me tirara encima cual equipo de rugby. Además, quería aprovechar para lucir mi nueva delantera en la ciudad. Finalmente lo había conseguido: se me habían agrandado los pechos! Y todo esto sin pagarle un peso a un cirujano!
Agarré mi bolso, mi anotador, y me fui. En el micro me quedé dormida, y cuando llegué a Buenos Aires y me desperté, me di cuenta que mis pechos habían vuelto a su tamaño original.
Así que ya saben: ojito con los efectos de la ingesta de leche recién ordeñada de vacas con chip con el videoclip de Madonna inseminadas por toros mecánicos en las personas que tienen alma de vaca! Yo ya les avisé eh!

Y ahora el amigo Rabino abrirá su Caja de Palabras para explicarnos de una buena vez la verdadera historia acerca de la letra chica que no leyó Juan Carlos Pérez Loizeau cuando firmó el contrato de filmación de la publicidad de queso Cottage Mendinet y cómo esto perjudicó a toda una generación de jóvenes argentinos entre 25 y 35 años, ocasionándoles severos trastornos en su psiquis. No se lo pierdan!

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domingo, noviembre 14, 2004
POST CREAMFIELDS
Zuker XP: excelente!! Uno de los pocos que me hizo saltar descontroladamente. Fiesta total. Increíbles remixes de Franz Ferdinand, entre otros. Impresionante.
Lexicon Avenue: muy pero muy bueno. Buen manejo de público.
Groove Armada: (bajo la lluvia) increíble banda! La negra cantando se ganó al público. Muy buenas versiones de sus temas clásicos, con buenos picos para hacer saltar a la gente, aunque no terminó de estallar en ningún momento.
Paul Oakenfold: de regular a malo. Ahí el sonido empezó a fallar y Paul tuvo que abandonar el escenario unas cuantas veces, en medio de una calentura general, porque no podía hacer arrancar la cosa, sencillamente porque no lo escuchábamos.
Deep Dish: de regular a malo. El sonido seguía fallando. La gente no lograba tomar temperatura.
Erick Morillo: increíble. Hizo saltar a todos los que estábamos dentro de la carpa del Arena 1.
Darren Emerson: excelente. El ex Underworld se zarpó abriendo con "Born slippy" y a partir de ahí ya no nos dio respiro.

La infaltable: la lluvia. Junto con su mejor amiguito que siempre la acompaña: el barro.
Curiosidad: haber podido reencontrarnos siempre que por alguna circunstancia el grupo de siete personas con las que estaba se desarmaba. Créanme que era tarea difícil (por no decir imposible) pero lo logramos.
Momento flashero: cuando se voló por los aires un globo de Bob Esponja y todos los que estábamos ahí saludábamos al cielo coreando "Chau Bob!".
Momento top de la noche: transitando el pico de deshidratación, y ante la imposibilidad de comprar algo para tomar en cualquiera de los puestitos (misión imposible!), nos terminamos colando en el vip de 7Up (Ice Terrace), nos sentamos en los silloncitos blancos, y mientras los flashes a nuestro alrededor les tomaban fotos a personalidades como Dolores Trull o Zeta Bosio, nosotros tomábamos gratis lo que quisiéramos. Todavía no entiendo cómo pasó esto. La cuestión es que además nos llevamos como seis botellitas de 7Up Ice en la mochila, que sirvieron de provisión líquida gratuita para el resto de la noche!
Y dónde están?: ey! Se olvidaron de colocar las pantallas gigantes al lado del Main Stage! Ey!! Ey!!
Lo imperdonable: la pésima organización del evento. Comenzando por el hecho de que el sonido en el Main Stage era malísimo e hizo enojar a Paul Oakenfold y a Deep Dish, y siguiendo por la escasez de puestos de bebidas, baños químicos, puestos de comida y etcéteras varios. Pero bueno. Evidentemente las productoras argentinas son muy ratas, porque ese cuento de que "se les fue de las manos la cantidad de gente que asistió" yo no me lo creo. Si sabían que íbamos a ser como 40 mil personas, tendrían que haber armado mejor el lugar. Además, en toda la noche no vi un solo puesto o persona de la Cruz Roja. Mucho menos una ambulancia. El predio tenía unos pozos tremendos que si te caías ahí no había tobillo que se salvara.
Sinceramente me sentí incómoda, descuidada y desprotegida. La gente amontonada, pogueando (?), poco lugar para bailar y saltar. Las carpas eran demasiado chicas para la cantidad de personas que intentábamos entrar en ellas.
Y claro... no se olviden del siguiente detalle: yo pagué $50 pero porque la saqué super recontra anticipada! Si hubiera pagado $160 para ir a lo que fue la Creamfields Buenos Aires 2004, hoy me estaba cortando las venas con el cartoncito de la entrada magnética.

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viernes, noviembre 12, 2004
MI CELÁNEA
Bueno, gente, sanseacabó esta peleadísima terna al mejor blog de variedad de contenidos. Luego de luchas cuerpo a cuerpo, blog a blog y beso a beso, el ganador resultó ser: Clarkson!
Felicitaciones!! (Y aunque me digas vieja bruja, yo sé que me querés!)

En otro orden de cosas, les cuento que ando contentita porque cambié mi viejo (pero fiel!) Mototrola eStar Tá por un telefonito chiquitito y hermoso, que además es... azul!!, así que nada más a tono conmigo! Y sí... últimamente me contento con poco, ¿vieron qué simple que soy?

Los saludo atentamente hasta... bueno, hasta cuando la neurona vuelva a funcionar, ya que mañana (llueva, truene, granice) este espacio quedará abandonado a la buena de cyberDios mientras yo me voy a saltar a la Creamfields, y el domingo calculo que lo pasaré entre sueños y recuperación física general. Nos reencontramos pronto, quizás con un post-Creamfields o directamente con mi parte en el Chamuyo Stand-Up (si no sabés lo que es, clickeá ahí en "ExPLAYAndome" y enterate, porque está bueno!), para lo cual le pido al Toro, que es quien me pasará la posta y el tema del post(a), que tenga piedad de mí y de mis neuronitas, quienes seguramente estarán algo... ehm... ¿cómo decirlo?... "resaconas", je.

Buen fin de semana para todos y... diviértanse, que la vida se pasa muy rápido!!

Este post fue auspiciado por mi faceta rubia cheta.

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jueves, noviembre 11, 2004
AVISO PARROQUIAL
Se los digo por acá porque no anda el tag:

Estoy dejando más tiempo del que quisiera esta terna al mejor blog de variedad de contenidos porque la cosa está realmente peleadísima. Josi, marina, Clarkson y Baterflai no logran sacarse diferencia. Les doy tiempo hasta mañana viernes 12 a las 15 hs para que sigan votando. No me hagan desempatar a mí eh!
Listo, están avisados.
Voten, carajo mierda!

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RAFTING-ADICTA (Primera Parte)
Este post surgió luego de un comment dejado por Nancy, así que a ella va dedicado.

Luego de un intento fallido de hacer mi primera experiencia de rafting navegando el río Vilcanota en Perú, en enero de 2003 viajé con mis amigas Flor y Sol a Mendoza. Prácticamente mi objetivo de viaje era el rafting, así que las convencí y lo primero que hicimos al llegar al Hostel Internacional fue contratar un programa de trekking, rappel y rafting que duraba todo el día.
Ese día tuvimos que madrugar y primero hicimos las otras dos actividades, que también estuvieron buenísimas, pero no hacen a este post así que no les cuento nada (lero lero).
Cuando llegó el momento del rafting, nos trasladamos hasta Potrerillos. Por esas cosas que tiene el clima cuyano, en ese momento el cielo se empezó a poner negro. Pero negro, mal. Feo.
Primero nos hicieron firmar un contrato medio extraño donde nos hacíamos responsables por nuestra decisión de practicar un deporte de alto riesgo, y deslindábamos a la empresa de toda responsabilidad y posibilidad de juicio civil en el caso de que nos muriéramos o quedáramos medio idiotas por algún accidente. Sí, dio miedito. Pero bueh...
Nos dieron el equipo (casco, remo y chaleco salvavidas) y nos subieron a un booggie gigante junto con toda la gente y los instructores. Cuando bajamos a la orilla del río Mendoza hacía un frío de morirse y empezó a llover, mientras los instructores nos daban la charla de seguridad y nos explicaban en qué consistían las órdenes que nos impartirían durante la travesía ("uno" para avanzar y coordinar los remos; "derecha" para que remen los que están sentados sobre la derecha del bote; "izquierda" para que remen los otros; "atrás" para remar invertido y poder hacer girar al bote; etc.). La recomendación más graciosa fue: "Bajo ningún punto de vista suelten el remo. No sólo porque si se caen al agua les puede servir para que los saquemos, sino porque si lo pierden tienen que pagarnos 100 dólares"! Y sí, qué quieren que les diga: con tanto instructivo de qué hacer en caso de... yo ya empezaba a rezarle a todos los santos que conozco no tener la desgracia de caer al agua. Un tema aparte fue tratar de concentrarse cuando vimos que se subía a nuestro bote Gérard, un instructor catalán que estaba para el suicidio. Pero bueno, estaba en juego la integridad física de todos, así que nos ubicamos en el bote y nos preparamos para la aventura. A mí me tocó ir segunda sobre el lado izquierdo.
Deben saber que el nivel de intensidad del río Mendoza es de 4-5 grados (avanzado-experto, sobre una escala de 6 grados), más ese año que como había nevado mucho durante el invierno, bajaba una gran cantidad de agua de las montañas.
En el momento que arrancamos se largó a granizar. Agua de arriba, de abajo y de los costados. Yo temblaba arriba del bote. Todavía no sé si era del frío o de los nervios.
Los primeros rápidos fueron fáciles, pero a medida que bajábamos el río, la cosa se iba complicando más. La adrenalina comienza a actuar cuando vas acercándote al rápido y ves el remolino mientras pensás "Mamita, cómo me irá en ésta!". Una vez que ya estás metida ahí adentro, todo es confusión. El bote se verticaliza, el agua no te deja ver ni respirar y te golpea desde todos los puntos cardinales, y yo solamente me concentraba en no dejar de remar al compás de los gritos de Gérard: "Uno, uno, uno, a tope!!". Luego viene el relax, el festejo, los gritos, las risas y la elevación de todos los remos una vez superado el rápido y viendo que todos seguíamos sentados en el bote, sanos y salvos.
Una hora de adrenalina al cien por cien. De gritos, de miedo, de placer. Mucha sangre corriendo por las venas. Y por suerte ni yo ni ninguno de los integrantes de mi bote cayó al agua. Festejos en tierra. Qué rara es la sensación de estar sobre el suelo después del rafting! La sonrisa se prolongó las horas y días subsiguientes. Me acuerdo que en respuesta a un mail que le mandé en su momento a Caro contándole esta experiencia, ella me puso algo así como: "Y ahora preparate porque se vuelve adictivo. Nada de andar llenando después la bañadera para intentar repetirlo en casa porque no funciona. Hay que seguir recorriendo los mejores ríos del mundo!".
Y eso intenté hacer. En la próxima entrega: Rafting en el río Manso de la Frontera (Patagonia argentina, enero de 2004).

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miércoles, noviembre 10, 2004
PERMISO, VOY A VOMITAR ACÁ
Basta. Me cansé. Me hartaron. ¿No se dan cuenta que no quiero jugar más? Para histérica ya estoy yo. Dejen que sea yo la que dé respuestas vagas. Yo quiero señales concretas.
¿Qué es eso de animarse, pero hasta ahí? Vamos, estamos grandes! Claridad, exijo claridad!!
Y no: los mensajitos de texto al celular, los mails y el MSN no sirven*. Yo ya no los voy a justificar más. La distancia, la abstinencia, los nosecuántos años de novio, la química, la física, la biología, la fiesta, la costumbre... nada de todo eso les va a servir como argumento para hacerme lo mismo de siempre: deslizar un "quizás" para que yo después los siga persiguiendo en la búsqueda de un "sí, bueno". Déjenme en paz, ahórrense la molestia, el (rebelde) buey solo bien se lame. Si quieren venir a alterar mi tranquilidad, exijo contundencia. Sino, no gracias.
¿Quedó claro? Bueno, eh.

* Fíjense que hasta Baterflai lo dice... Puto el que lee! (participen, guiño guiño)

Y ahora sí, si quieren sigan con el post de abajo, que es más feliz...

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martes, noviembre 09, 2004
MI REFUGIO
Suelo fantasear con vidas paralelas. En general este mecanismo es una escapatoria al stress, o una gran muestra de mi cobardía. Vivo una vida simple y como soy muy autocrítica, me reprocho constantemente no haber tenido el valor suficiente para jugarme por algunas cosas. Pero no me angustio. Si de algo estoy agradecida es de tener entonces esta gran capacidad para imaginar y para jugar. Por eso me gusta pensarme en otros lados, haciendo otras cosas, rodeada de otra gente, teniendo otras habilidades. Sólo un ratito. Y después vuelvo.
Hay un escenario que es mi favorito a la hora de imaginar. La playa.
Durante años dibujé en mi mente una vida en un pueblo chico sobre el mar, sin edificios, con una plaza de corazón y un par de manzanas de casas bajas alrededor. Un lugar donde los días fueran largos y las noches iluminadas. Donde hiciera siempre calor. Un lugar donde la naturaleza me proveyera de sus más dulces y jugosas frutas (cocos, mangos, bananas, sandías, ananá). Donde el mar fuera tan azul como cálido, de manera tal que me permitiera sumergirme en él cuando quisiera.
Yo quería vivir en un lugar así. Tener un bar en la playa. Preparar licuados, ensaladas de fruta, y por las noches, fiestas con tragos y música. Caminar todo el día en bikini y pareo. Que mi piel desprendiera ese olorcito a sol y a bronceador. Aprender a surfear. Así. Así me imagino viviendo una vida paralela. Y, como en toda fantasía, yo pensaba que ese lugar en el mundo no existía. O que si existía, yo no iba a conocerlo. Pero me equivoqué.

Atardecer en Atacames

En enero del año 2000 llegué mágicamente a ese lugar, y por eso a partir de ese momento tuvo nombre propio: Atacames, una playa en el norte de Ecuador.
Un lugar donde nunca llueve y siempre hace calor. Donde el océano Pacífico baña sus playas con la temperatura ideal para nadar cuando quiera y después secarme al sol en una hamaca. Un lugar donde los propietarios del "Guido's Bar" (mi bar soñado sobre la playa, construido íntegramente de troncos, cañas y palmeras) me adoptaron como a una más y me empalagaron de batidos de ananá, agua de coco, licuados de banana, ensaladas de fruta con leche condensada y tragos exóticos hechos a base de granadina y sandía, todo esto de onda, sin costo alguno para mi billetera. Un lugar donde por las noches la luna gobernaba a la marea e iluminaba las fiestas que duraban hasta el amanecer y donde las piernas me quedaban hinchadas de tanto (intentar) bailar salsa en la arena.
Un lugar donde no me sentí turista. Quizás porque ellos me hicieron sentir así. O quizás porque ése era justamente el lugar de mis sueños.
Seguramente si volviera, nada sería igual a esos cinco días en los cuales viví allí, en mi fantasía hecha realidad. Pero no importa. Está en mi mente. Está en las fotos de ese viaje. Está en el diario de viaje y en mi recuerdo. Y sigue estando en mis sueños cada vez que el stress me pide transportarme hacia mi vida paralela.
A ellos: José, Guido, Pedro y el Tano (sí, aún hoy recuerdo sus nombres y sus caras) va dedicado este post, junto con una gran partecita en la responsabilidad de la elección del nombre de este blog. El Mar Azul es el mar de Atacames. Es mi lugar. Y aunque nunca lean este post: gracias por haberlo hecho real. Gracias por permitirme vivir mi vida paralela aunque fuera por cinco días. Papelito (como ustedes me apodaron) nunca los va a olvidar.

Rodeada de gente copada en el Guido's Bar

Obviamente las fotos nunca representan lo que fue, pero no quería dejar de ilustrar este post.

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domingo, noviembre 07, 2004
QUEMADURAS
¿Te acordás cuando yo te decía que me quemabas? Siempre buscando tu calor y vos terminabas quemándome. Y yo te decía: me quema tu boca. Me quema tu piel. Tus manos. Tu lengua. Me quemaban hasta tus palabras. Las que decías y las que callabas.
Tu analgésico preferido era darme esa mínima demostración de cariño. Era el bálsamo para mi alma en carne viva. Curaba temporariamente mis heridas, hacía supurar mis ampollas y listo: todo se reconstituía y una vez que sanaba, yo corría a buscar tu calor. Porque hacía frío sin tus abrazos.
Hubiera preferido que la piel tuviera una memoria de registro, que al acercarme a la fuente de calor me recordara que si me exponía demasiado, podía quemarme. Pero no. Insistí en poner a prueba la capacidad y la velocidad de reconstitución de mis tejidos.
Ahora que encontré fuentes de calor dentro de mí y ya no necesito buscar tu abrigo, sólo me resta decirte que tengas cuidado. El hielo también puede quemar.

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sábado, noviembre 06, 2004
PERSONAL FEST: UN MUNDO DE SENSACIONES

Todo se dio súbitamente. A las dos de la tarde me llama Caro al trabajo para contarme que había conseguido entradas gratis para que fuéramos al día 1 del Personal Fest y que me pasaba a buscar en cuanto lograra salir de su trabajo, así llegábamos temprano.
Por suerte cumplimos nuestro objetivo que fue llegar a ver a Miranda!, quienes supuestamente tocaban a las 18.15 hs, pero (insisto: por suerte) toda la programación tenía una hora de demora. Así que llegamos cinco minutos antes que empezara. Tenía muchas ganas de ver a Miranda!, sólo que le tenía muy poca fe sobre el escenario. Y me sorprendieron, porque estuvieron impecables. Tocaron solamente cinco temas, pero hicieron saltar a los pocos que ya estábamos allí, y en "Tu juego" contaron con la compañía de Leo García en la guitarra. La nota de color fue ver cómo una pareja de gays que estaban parados adelante nuestro se declararon su amor durante "Romix", y justo en la parte que dice: "Dejando que todo fluya, me meto en la cama tuya", uno de ellos aprovechó para encajarle tremendo beso a su compañero.
De ahí nos fuimos cinco minutos a ver a Gillespie, que nos aburrió. Volvimos para mirar un rato de Electric Six, quienes nos sorprendieron con su buena onda hacia el público. Su música: buena. Hasta ahí.
Mars Volta fue una voladura de cerebro. Una onda muy rara, un ritmo difícil de seguir y de interpretar. No me gustó, pero sólo porque no es mi onda. No es algo que disfrute.
Finalmente apareció PJ Harvey, y la verdad que no me imaginaba que la mina fuera tan "tímida", por decirlo de alguna manera. Esperaba que calentara más la noche, pero no lo logró. Agradecía los aplausos de la gente como si fuera la primera vez que se subía a un escenario. Mil disculpas, PJ, pero me tuve que ir un rato antes de que terminara tu show. Tenía mucho frío y hambre. Igual: gracias por todo!
En el intervalo antes de que comenzara Primal Scream en el escenario principal (el Personal Main Stage), decidimos ir a ver qué onda los Pet Shop Boys en el otro escenario (el Motorola Stage). Así: cero expectativa, para pasar el rato. Además, los PSB no me cayeron nunca muy simpáticos, todo lo contrario. Pero necesitábamos vencer el frío de alguna forma hasta que arrancara Primal Scream.
Y acá tengo que hacer un párrafo aparte. Puntazo enorme para los Pet Shop Boys, que supieron hacer un show impecable y se metieron a toda la gente en los bolsillos! Nos ametrallaron con hits, en sus versiones más dance, acompañados por buenos efectos de luces y con su cantante gay desfilándonos tres cambios de vestuario (a lo Carlos Perciavalle) en sólo una hora. Realmente tengo que reconocer que no sólo el show estuvo "bueno", sino que "me gustó", y me hicieron quedar hasta el final, llegando consecuentemente tarde a Primal Scream que ya había arrancado en el otro escenario. Por eso cuando el cantante de los PSB, quien lucía una sonrisa enorme porque no podía creer semejante respuesta de la gente, nos dijo: "Thank you Buenos Aires, you've been a fantastic audience!", todos lo aplaudimos y lo señalamos a él: Gracias chabón, te lo ganaste, vos hiciste de éste, un excelente show!
Corrimos a los Primal Scream. Bobby Gillespie (su cantante) fingía ponerle onda, mientras, vaya uno a saber por qué, cantaba con cara de culo. Quizás es que él ya es así. Y no sé si es que llegué tarde y me lo perdí, pero no tocaron "Some velvet morning". ¿Por qué? ¿Te faltaba Kate Moss? Realmente sobre este punto temo equivocarme, así que si alguien fue y me quiere corregir y decir que sí la tocaron, me callo. Pero sino voy a tener que decir que Gillespie se equivocó en esta estrategia. Si la hubiera tocado, el público estallaba y se llevaba todos los aplausos. Vamos, seamos honestos, el 95% de los que estábamos allí esperábamos ese tema. Si vas a hacer la gran Los Piojos de no tocar en vivo "El farolito" hacelo en tu país, en UK, donde sabés que los que te van a escuchar no van a hacerlo esperando el hit. ¿Pero acá, en Argentina, por primera vez?... Mmmmh, mala opción.

Más allá de todo, y para que esto no se haga muy largo, cierro el post diciendo que hay que destacar en todos los escenarios del festival que el sonido fue impecable siempre. La gente se comportó excelentemente. Todos buena onda, nada de empujones, ni amontonamientos, ni boludeces. La noche estaba buena, aunque tendrían que haber hecho unos 10 grados más para que sea ideal. Baños químicos en abundancia y bien distribuidos, lo mismo que los puestos de bebidas y comidas. Bien organizado el Personal Fest.
Y no. Esta noche no voy, aunque me gustaría. Quisiera seguir sorprendiéndome como me pasó anoche. Está bueno esto de ir a un recital con pocas expectativas y dejar que las sensaciones lleguen a vos. Pruébenlo.

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viernes, noviembre 05, 2004
TOCO EL AIRE PERO A VOS NO TE TOCO (todavía...)


Si te agarro, te mato...

Dedicado a algunos que andan dando vueltas por ahí. En el buen y mal sentido.

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jueves, noviembre 04, 2004
ASÍ LAS COSAS
A ver, a ver... ¿cuántos de ustedes saben perfectamente quiénes llevan ganadas las ternas que se publicaron hasta ahora en los Premios El Mar Azul 2004?
Relajen, aquí el resumen al día de hoy.
Gracias a todos por votar! Sigan haciéndolo, que faltan más categorías.
Nuevamente felicitaciones a los ganadores, quienes recibirán su simbólico premio en el mes de diciembre.
Los resultados: analícenlos ustedes mismos! Sé que son lectores inteligentes!

Mejor template: Bonsai Gigante (Erasmo)
Mejor blog de contenido humorístico: Necesito un tiempo
Mejor blog grupal: Hi-Fi Blog
Mejor blog masculino de contenido poético/literario: El Dado
Mejor blog femenino de contenido poético/literario: Tócame Roque
Mejor comentarista en tagboards: Josi, Alrepedo

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miércoles, noviembre 03, 2004
QUE QUEDE ENTRE NOSOTROS
Tengo que confesarte algo. Pero no se lo digas a nadie eh, porque mirá que es algo muy privado y me daría mucha vergüenza que se entere todo el mundo.

Siempre fantaseé con ser la pareja de un músico. Sí. No sé, te juro que no sé por qué, pero estaría re bueno, imaginate...
Lo ideal sería conocerlo cuando todavía no es famoso, ¿entendés? Enamorarse, que él pierda la cabeza por mí. Entonces ponele que él toca un instrumento. Sí. Ponele: guitarra. Y además, canta. Claro, porque los cantantes son siempre como los líderes de la banda. Y compone. Compone sus propios temas.
Entonces yo lo conozco cuando todavía está en esa etapa que está dale que va con la guitarrita y el amplificador en la habitación de su casa. Y forma una banda. Y yo sería como esa dulce compañía que lo acompaña a los ensayos. Y voy... divina. Me siento en un rincón y hago tiqui tiqui con el piecito, marcando el ritmo. Él me mira cada tanto y nos sonreímos mientras ensaya con su grupo.
Un día se ponen a componer sus propios temas y entran a tocar. Se mandan por su cuenta y consiguen tocar algunas noches en esos barcitos chiquitos. Y yo voy, claro, a cada uno de esos shows. Él está nervioso porque son las primeras presentaciones frente a desconocidos, y yo estoy siempre ahí a su lado para tranquilizarlo.
De pronto la banda comienza a hacerse cada vez más famosa. Cada vez más gente los viene a ver. Y un día cae un productor de una discográfica y les ofrece grabarles su primer CD. Imaginate qué emoción!
Y lo graban. Hacen las fotos de la tapa. Él me pone una dedicatoria en el librito ese que viene con las letras de las canciones. Yo me derrito de amor. Arranca la campaña publicitaria. Cada vez tocan en lugares más importantes, y yo siempre allí: observándolo, cantando todos los temas de memoria y sonriéndole desde el público. Él se inspiró en mí para escribir las letras de las canciones más dulces y cuando las canta en vivo, sólo me mira a mí. Me dedica los shows. Y un domingo a la tarde escuchamos por primera vez un tema de su banda en la radio y todos saltamos de alegría y brindamos. La gente empieza a pedir el tema. Rota más y más veces al día. Entonces hay que filmar el primer video clip. Y yo estoy detrás de cámaras. Después llegan de los diarios y revistas a hacerles notas. Él ya tiene un club de fans y sus seguidoras se enamoran de él, pero en cada nota que le hacen, él confiesa su amor por mí. Y entonces varias adolescentes me empiezan a odiar y a envidiar porque yo soy la única dueña de sus pensamientos y su corazón.
De pronto no lo podemos creer que todo se fue dando y nos encontramos con que él está a punto de salir a tocar al escenario de Obras. O del Luna Park. O de... ponele el Quilmes Rock. Antes de salir, él me besa y me dice: "No lo puedo creer, mi amor", pero en mis ojos encuentra todas las respuestas y a los dos se nos cae una lágrima de emoción. Y al final del show, yo soy quien le alcanza la toalla para que se seque la transpiración. Después de ese mega concierto, él me pide matrimonio y tenemos una boda hermosa y lujosa que es tapa de todas las revistas de actualidad.
Poco después llegan las giras por el interior del país. Y luego afuera. La fama ya trasciende las fronteras y nos dedicamos a viajar por el mundo, y a dormir en habitaciones de hoteles lujosos dispersos por las capitales del mundo. Y las fanáticas lo adoran en todos los idiomas y lloran cuando lo ven y gritan. La gente nos espera en los aeropuertos, hay que ir a las conferencias de prensa. Y fotos. Y escaparse de los paparazzi. Y vacaciones en playas de aguas transparentes y arenas blancas. Y regalos. Después seguramente le ofrecen filmar una publicidad para una marca importante. Ponele Coca Cola. También lo invitan a los Grammy y a los premios MTV y se lleva un mínimo de tres estatuillas por año. Tenemos una casa enorme con una habitación exclusiva para poner los premios y colgar los cuadritos de los discos de platino.
Y así él se convierte en una estrella de la música internacional, adorado en su país y en el mundo. Y yo soy su mujer desde siempre. La incondicional, la que estuvo desde los tiempos ignotos, cuando nada de todo esto pasaba y a él sólo lo conocían sus padres, sus tíos, los vecinos y yo.
Sí: siempre quise ser una groupie!

Bueno, no. Pensándolo bien, mejor no. Seguramente el muy guacho terminaría cuerneándome con cualquier nenita. O peor: con una modelo! Seguramente le harían demandas por paternidad. O terminaría consumido por las drogas, porque viste que en ese ambiente se mueve mucha falopa. O quizás un día se acaba la fama porque algún otro nabo de la banda se manda un moco y este tarado termina deprimido y yo me tengo que bancar eso. No. No da. Además imaginate que seguro que si lo conociera hoy mismo, él estaría todo el tiempo con la guitarrita y componiendo temas y yo me cagaría de embole.
No, mejor no. Me arrepentí. No quiero ser groupie.

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martes, noviembre 02, 2004
DEJANDO UN DEJA VU
El nudo de angustia estaba ahí: en el pecho. Pero no estaba dispuesta a desatarlo. Tenía una bronca enorme. Y que se entienda: no fue por tu presencia. Fue por un conjunto de situaciones que generaron en mí un deja vu de algo que juré que nunca más quería volver a vivir
En algún momento me quedé dormida y el sueño, lejos de traerme la tranquilidad que necesitaba, me alteró aún más. Una seguidilla de pesadillas que se sentían muy reales.
Me desperté con la angustia, la bronca y la certeza de que esto tenía que terminar alguna vez. Porque ya me desespera. Porque ya no sé a quién tengo que recurrir ni qué tengo que hacer para que te vayas de mi mente de una buena vez. No pretendo hacer de cuenta que nada pasó. Sólo quisiera que dejes de aparecerte en mis sueños, porque de la realidad me voy a encargar yo sola.
Este deja vu tocó a mi puerta como un aviso. No, no es un presagio, es sólo un aviso. No voy a desentenderme de su interpretación. Me está indicando que tengo que poner un freno a toda esta situación. Si seguís en mi entorno porque realmente no me queda otra, tengo que poder mantenerte en un segundo plano.
Este deja vu llegó para recordarme que en este último año construí muchas cosas. Muchísimas. No te das una idea ni me alcanzarían las horas para contarte todo el trabajo de reciclaje, remodelación, refacción y decoración interior que hice en mí. Tuve que revolver todo, tuve que ponerme patas para arriba y mirar todo desde el fondo para poder reacomodarme. Y vos no estabas ahí para bancarte mi mierda ni mis lágrimas.
Tuve que aprender a contener mis ganas cuando te extrañaba, porque sí, claro que te extrañé. Y me quedé callada. No te llamé, no te escribí, no pasé más "casualmente" por tu casa, no te busqué. Y cuando vos querías que yo te encontrara, tuve que aprender a esquivarte.
Aprendí a dejar de correr detrás de tu voz. Aprendí a despegar tu cara, tu piel, tus manos, tu perfume, tu voz, tus caricias de millones de objetos, lugares, canciones, personas, situaciones, sabores. Y no fue fácil porque tuve que agarrar uno por uno y arrancarte de un solo tirón, en seco. Y eso dolió algunas veces.
Pude deshacerme de la sensación que me generaba escuchar tu nombre. Me alejé de tu entorno, y fue la manera más práctica de poder dejar de saber de vos y de enterarme por los amigos en común qué era lo que estabas haciendo, si estabas bien o mal, solo o acompañado.
Me rodeé de gente nueva. Dejé de frecuentar la noche. Y si lo hacía, me procuraba la compañía de gente sana. Sí, esa gente de la cual nosotros dos nos reíamos. Volví a sentir que una cena, una película, cantar, charlar, estar, eran planes lo suficientemente placenteros para contentar mi espíritu. Tuve que aprender a divertirme sin vos. Y pude. Te juro que lo logré.
Comencé a admirar paisajes por mí misma y no solamente para después contarte a vos acerca de ellos y poder describírtelos. Comencé a admirar gente por mí misma y no porque fueran personajes a los que vos admiraras. Comencé a hacer todas aquellas actividades que yo quería hacer por mí y que a tu lado no podía.
Comencé a construir mi mundo. Y lo construí en torno a mí y no en torno a vos. Lo construí con los elementos que yo elegí y con las personas que yo elegí. Le puse los colores que yo quería, sin importar si no son justamente los que a vos te gustan. Lo perfumé con fragancias nuevas, de manera tal que ninguna me recordara a vos. Me traje a mi familia, que la tenía a un costado para que supiera lo menos posible de mis angustias. Me traje a mis amigos (a los míos, sí, y no a los que heredé por vos; a los de toda la vida; a esos que mantenía alejados porque sabían que vos eras mi veneno y no aprobaban que yo estuviera a tu lado). Me traje a los amigos nuevos, a los que me conocieron en esta transición y me ayudaron quizás sin saberlo a construir este nuevo mundo. Me traje mis escritos, mi talento, mi belleza, mi fortaleza. Traje todo lo que yo tenía y que vos no querías o no podías ver.
Y te dejé afuera.
Sí. A vos te dejé afuera.
Antes de cerrar la puerta me encargué de aclararte todo. Te dije que te había amado. Aunque vos no pudieras ni siquiera hacerte cargo de escuchar esas palabras, me pareció justo que lo supieras.
Después te dije que nada había sido un error. No hay arrepentimientos. Las cosas pasaron no solamente porque yo me crucé con un nene malo como vos sino porque yo además te permití ser un nene malo conmigo. Y tampoco yo fui una nena buena todo el tiempo. Nos dedicamos simplemente a eso: a agredirnos, a hacernos mal, a mentirnos, a enviciarnos y a consumirnos. Pero después de arrastrarme en ese barro y llorar de impotencia, me levanté y me fui. Simplemente eso.
Luego te dije que esa iba a ser la última vez que hablaríamos en mucho tiempo, porque ya no quedaba nada por decir. Te avisé que me alejaría la cantidad de metros que considerara necesaria. Te pedí que no "me hicieras enterar" de nada que tuviera que ver con tu vida privada porque no me interesaba saber. Y te pedí que tratáramos de comportarnos como adultos (algo que quizás muy pocas veces hicimos) porque había una realidad que para nosotros era insalvable: teníamos que seguir conviviendo día a día en el mismo lugar de trabajo.
Cerré la puerta fuerte para no escucharte más, y me dediqué a hacer girar mi mundo y a alimentarlo y cultivarlo. Vos cada tanto golpeabas e intentabas entrar. A veces alevosamente. A veces querías escurrirte de manera disimulada. A veces pidiendo permiso. Y yo tenía que seguir haciendo la fuerza para mantenerte afuera, con una sonrisa. Como para que no se note.
No sé cómo hiciste, pero volviste a entrar. En realidad sí sé. A veces me pregunto si no tendrás conocimientos de cerrajería...
OK, te dejé pasar y te dije que te quedaras en el vestíbulo. Podías estar, pero no muy adentro. Tenías que quedarte ahí quietito, a un costado, en silencio. Porque a la primera de cambio, si te portabas mal, te echaba otra vez.
Y mágicamente en este último tiempo te portaste bien. No hiciste ruido, me hiciste caso en todo. Hasta ahora.
Porque ya empezaste a tocar mis cosas. Empezaste a manosear mi mundo y yo no quiero que toques nada porque me costó demasiado construirlo sola para que vos vengas ahora y rompas algo. No quiero que toques a mi gente y la envicies con tus sonrisas. No quiero que vuelvas a aparecer en mis entornos ni que me invites a volver a los tuyos...
El deja vu. Era de noche y hubiera deseado que no estés allí para traerme nuevamente las sensaciones de tu mundo. Ya lo conozco, no lo quiero. Quiero volver a cerrarte la puerta. Y tiene que ser ahora, antes que rompas algo o intentes sacarme de aquí.
Pero como soy una persona educada, te voy a invitar gentilmente a que te retires. Quiero que te vayas exactamente igual a como lograste entrar: en silencio y sin hacer escándalos. Porque sino esta vez quien muestre los dientes voy a ser yo. Y no voy a tener miedo de clavarlos en tu piel. Sí. En esa misma piel que tantas veces besé, extrañé, toqué, amé, lloré, sentí. Te juro que si es necesario, voy a clavar mi filo adentro de tu carne. Y no me va a importar si sangrás. Yo de acá no me muevo. Yo de acá no me voy. Y vos acá no tenés ningún lugar.
Quedate en tu mundo. Dejame a mí en el mío.
No quiero que vuelva a ser de noche. No quiero más deja vu.

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lunes, noviembre 01, 2004
¿QUÉ ESTÁ PASANDO?
Me siento así, en uno de esos momentos en el que me corre por las venas una dulce violencia. En donde me dan ganas de escupirle en la cara a mucha gente y al mismo tiempo abrazar bien fuerte a otros.
Todavía estoy en el período pre-estallido. Es decir: me mantengo tranquilita y contenida en un rincón, pero si me miran bien van a ver que tengo las pupilas dilatadas, los dientes apretados y los dedos tensos. Estoy lista para atacar si es necesario.
Me dejé crecer las uñas y además les saqué punta. Las tengo bien filosas, por si necesito clavárselas a alguien. Y sino al menos me servirán para dar los zarpazos que necesito para borrar algunas caras que quiero que desaparezcan de ciertos lugares. Porque se ve que el método ese de raspar despacito con la punta de la uña para ir sacándolos de a poquito no fue muy efectivo.
Después de derribar algunos lugares, destruir a algunas personas y neutralizar algunos perfumes, me voy a tirar en el pastito a tomar sol con la gente que realmente quiero. Sí. Con un Gancia con hielo y durazno en la mano. Y les voy a decir que los adoro, que con sus novedades me hacen muy felices y me honran haciéndome participar de ellas.
Porque estoy así: amorodio.

¿Por qué siempre tengo estas etapas cuando estoy sola? ¿Por qué en estos momentos todos vuelven como si nada hubiera pasado, y pretenden que les dedique mi tiempo y que les haga un lugarcito en mi vida (y ya que estás, correte un poco más para la ventana y largá la sábana, que me destapás!). ¿Se trata acaso del caos previo al equilibrio? Nunca lo entendí y siempre me sorprendió.

Por lo pronto, este blog estará a tono con mi estado de ánimo. Moda retro. Todo vuelve, y yo estoy reciclando textos viejos que estaban guardados en mi máquina, así que pueden encontrarse con posts que no necesariamente se corresponden con mi tiempo presente. Y puede aparecer mucha oscuridad. Ustedes no se preocupen que yo estoy bien. Sólo es que necesito vomitar.
Vuestra integridad física queda garantizada. Todavía no logré materializarme y sacar mi puño por el monitor para ahorcar inocentes. Todavía.

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