Como ya la mayoría de ustedes saben, yo trabajo en la Administración de un colegio privado. Sin embargo, si me preguntan específicamente a qué me dedico, resulta bastante difícil de explicar.
Guiarse por lo que figura en mi recibo de sueldo no es de mucha ayuda, ya que al lado de donde dice "Cargo:" pusieron "Administrativa". Daaaah, gran cosa!
En principio me dedico a varias cosas. Soy la asistente del administrador general, es decir que tengo un poder en la toma de decisiones bastante alto. A la vez, soy la encarga de compras y atención a (molestos) proveedores. Debido a esto, manejo el stock de artículos de librería, insumos de computación y farmacia para todo el colegio. Hago balances de stock (o sea: le miento al Excel). Soy la mala persona que a fin de año rompe los quinotos con el inventario. También tengo como tarea mantener actualizados los contenidos de la página web de la institución (para ello me pagaron los cursos de Dreamweaver, Flash y HTML;
ah qué, no eran para poder embellecer mi blog?...). Me dedico a la organización de todos los eventos que se realizan durante el año (lo cual está definiendo mi futuro vocacional, ya que el año que viene pienso dedicarme a estudiar dicha carrera). Organizo toda la parte administrativa de los campamentos y viajes educativos: contratación de micros, alojamiento, liquidación de honorarios docentes. Me encargo de supervisar la contratación de servicios externos, como por ejemplo, el soporte técnico de nuestras (maltrechas) computadoras. Ese tipo de cosas.
Pero no se crean que es sólo esto lo que me mantiene ocupada las 8 horas que estoy metida ahí adentro. No.
La gente que trabaja ahí, es decir, mis otros 228 compañeros de trabajo, piensan que yo lo sé todo. O casi todo. Porque cada vez que necesitan saber algo, preguntar algo, o algo no les funciona bien, recurren a mí. Es así como a veces me encuentro, por ejemplo, configurando un Outlook. O haciendo un cartel de "Clausurado" para el baño del primer piso que está perdiendo agua (sí, aquel en el cual estuve a punto de escribir:
"Clausurado. Váyase a cagar (a otra parte)!"). Ese tipo de cositas.
Hace aproximadamente un año charlábamos con mi amiga Silvia, quien anteriormente ocupaba mi puesto, pero que ahora pasó a otra sección, y ella me decía que se encontraba con las mismas dificultades que yo para definir el nombre de nuestra función. Y fue así como, un día, revolviendo por la net encontramos que en Microsoft existe algo que se llama
Solution Provider. De esa forma, definimos el puesto. Nos autoproclamamos
solution providers!
El rumor comenzó a extenderse por el resto del personal, y recayó en mí la
responsabilidad de responder a dicho título. Es por eso que si pudieran pasar aunque fueran diez minutos por mi oficina, verían que siempre hay gente hablándome al otro lado del escritorio, contándome sus problemas. Que cada cinco minutos, cuando el Outlook revisa automáticamente si tengo mensajes nuevos, me caen unos 8 mails, de los cuales 4 son spam, 1 entra en la categoría varios, y los otros 3 son mails internos con consultas. Y que además mi teléfono no para de sonar. Encima lo tengo con el timbre puesto tan fuerte, que si estoy en otra oficina (incluyendo las del piso de arriba), llego a escucharlo y empiezo a tomar las llamadas desde cualquier otro interno.
Como bien me decía hoy a la tarde el amigo
naTán: deberían cambiar el primer
1 de mi interno por un
9. Sería muchísimo más acorde a la situación tener ese número de interno en vez del
111.
Etiquetas: Porque sí