miércoles, agosto 31, 2005
(378) ÚLTIMO
El día -el último- arranca con cafeconleches y facturas recién sacadas del horno que traje yo.
Se intercalan abrazos y frases típicas, que no por eso dejan de resultar emotivas.
Aparece un ramo de fresias.
Me hacen entrega del cheque por la liquidación y el tesorero de la institución pronuncia palabras alusivas que inflan mi ego como un globo aerostático.
Llega una cartita con chocolates.
Mi jefe invita el almuerzo para todos. Y después se aparece con regalito y tarjeta con frases más que emotivas, de agradecimiento; habla de "puertas abiertas de por vida", de buena disposición y eficiencia, y de deseos de éxito.
No, todavía no lloro, pero estoy cerquita.
Nueve años y medio como empleada. Más quince años como alumna. Hoy me dan la baja del inventario de este colegio (jaaa! chiste interno, sepan disculpar...).
De todas formas, el batacazo final lo voy a dar yo cuando esta tarde, antes de irme, mande tremendo mail emotivo a todos los destinatarios de la red interna (varios de los cuales, se enterarán recién por ese medio de mi desvinculación). Mañana esto se convierte en un mar de lágrimas, anotenlo.
Igual yo para ese momento voy a estar cómodamente en mi casa, disfrutando de los dos días que me autoconcedí de asueto.

(Es muy probable que este post sea updateado; están avisados)

Etiquetas:

 
martes, agosto 30, 2005
(377) POST PERSONAL
Para que te quede claro y no te olvides de la letra de este tema que no me gusta pero me gusta...


Eres lo que más quiero en este mundo, eso eres
Mi pensamiento más profundo también eres
Tan sólo dime lo que hago, aquí me tienes.

Eres cuando despierto lo primero, eso eres
Lo que a mi vida le hace falta si no vienes
Lo único, preciosa (precioso!), que mi mente habita hoy.

Qué más puedo decirte, tal vez puedo mentirte sin razón
Pero lo que hoy siento es que sin ti estoy muerto
Pues eres lo que más quiero en este mundo, eso eres.

Eres el tiempo que comparto, eso eres
Lo que la gente promete cuando se quiere
Mi salvación, mi esperanza y mi fe.

Soy el que quererte quiere como nadie, soy
El que te llevaría el sustento día a día, día a día
El que por ti daría la vida, ese soy.

Aquí estoy a tu lado y espero aquí sentado hasta el final
No te has imaginado lo que por ti he esperado
Pues eres lo que yo amo en este mundo, eso eres
Cada minuto en lo que pienso, eso eres
Lo que más cuido en este mundo, eso eres.

Etiquetas: ,

 
lunes, agosto 29, 2005
(376) QUERIDO BLOG
¡Qué semanita!
Es raro esto de tener que abandonar un lugar y un gran grupo de personas que me acompañaron durante casi diez años. Pero no es un momento triste. Quizás emotivo, sí. Igual trato de no pensar mucho cómo va a ser el miércoles, último día que llegue acá caminando las 4 cuadras que conozco de memoria, me siente en este escritorio, me logee por última vez en esta computadora, me tome mis tres tazas de café con leche y me dedique a hacer las tareas que estuvieron a mi cargo en todo este tiempo.
Le pongo toda mi energía a esto y espero el cambio con alegría. Estoy jugándome la carta que creo que va a cambiar mis rumbos por completo. El miércoles es mi último día en este trabajo, y la semana que viene arranco con otro, que es temporario (un mes) pero que tiene más que ver conmigo y mis facetas artísticas, idiomáticas y organizativas.
¿Y después? Después se verá. Quizás pase a formar parte del grupo de los desocupados (espero que no por mucho tiempo). Quizás se concreten algunas otras posibilidades laborales que andan dando vueltas por ahí y que tienen que ver con esto que tengo ganas de hacer.
Más allá de todo, lo bueno y lo gratificante es haber podido tomar la decisión, sentirme segura, tener confianza y fe de que todo va a salir bien, y contar con una enorme (porri) red de gente que me contiene y pone pilas a diario.
Hace mucho que no mandaba un telegrama de renuncia. Hoy es el día.

Etiquetas:

 
viernes, agosto 26, 2005
(375) LAS COSAS CLARAS
En el mundo parece que hay gente a la cual su propia vida no le alcanza como divertimento, así que sale a buscar y a vivir historias ajenas como si fueran propias, y se cree con derecho a opinar, a preguntar y a juzgar. No digo que esté mal, son estilos. Yo no lo hago. Tampoco me molesta que otros lo hagan, siempre y cuando este estilo de vida no me involucre ni directa ni tangencialmente. Ahí ya me empieza a joder. Bastante. Mucho. Y mucho más me rompe las pelotas cuando involucra a terceros, a amigos en común, que nada tienen que ver con todo esto, más que la eventualidad de conocer a los protagonistas.
Si uno de estos opinadores se cree con derecho a joderle la vida a los demás y bardear, es porque está demasiado involucrado con una de las partes protagonistas. A esas personas les digo que reflexionen antes de opinar y emitir juicio, más que nada cuando solamente conocen una cara de la moneda y no las dos. O tres, en este caso puntual.
Por aquí tenemos la conciencia tranquila. Y si me quedan dudas por evacuar, lo haré preguntándole a quien corresponde, sin involucrar terceros ni cuartos ni quintos. Un consejo: hagan lo mismo.
Y en el caso que les haga falta (mucha falta) opinar, decir, carajear, preguntar o bardear, yo no me escondo y ahí en la columna de la derecha van a ver que hay una dirección de mail donde pueden mandar todas sus consultas o reclamos a mí, que soy protagonista. Favor de no molestar a gente que no tiene nada que ver en este tema.

Se advierte que no se responderán posibles comentarios acerca de este post.

Continuamos con la programación habitual. Abajo, lo prometido para el día de la fecha.

Etiquetas:

 
(374) LAS VALIJAS VERDES - 3º parte
Gabriel. Otro chico con el que tuve una breve historia amorosa posterior a la de Lucas. Por supuesto que ellos no se conocen entre sí ni tienen ningún punto de contacto... o quizás indirectamente sí.
Gabriel era compañero mío en los tiempos en los que yo trabajaba como empleada administrativa en un club y él era profesor de Educación Física en el mismo lugar. Nos cruzábamos pocas veces, pero tuvimos una atracción casi inmediata. Salimos, compartimos algunas noches, pero la cosa no pasó a mayores. Sin embargo, quedamos con una buena relación.
Un tiempo después, yo dejé el trabajo en el club y no supe más nada de Gabriel hasta que un día me lo crucé por la calle y nos detuvimos en una esquina a charlar durante algunos minutos.
Entre las cosas que me contó, de manera resumida (que había renunciado también al club y que ahora estaba trabajando como preparador físico de tenistas, por lo cual andaba viajando mucho por el mundo, acompañándolos en sus giras y torneos, y que eso le hacía llevar un ritmo de vida algo trastornado), me comentó que desde hacía unos meses estaba viviendo en pareja con una chica. Me alegré, lo felicité, le pregunté si se sentía bien en esa situación y me respondió que sí, y luego vino, lógicamente, la pregunta obligada:
"¿Y vos? ¿En qué estado civil estás?"
"No, yo sigo soltera", le respondí. "Estoy saliendo con un chico, pero no es una relación seria ni formal".
"¿Y a qué se dedica el afortunado?"
"Es contador", le respondí, pensando qué importancia real podía tener para Gabriel saber la profesión del tipo con el que estaba saliendo.
"Qué bien", me dijo. "¿Y cuándo pensás llevártelo a vivir con vos?"
"Yo no soy tan rápida como vos...", me reí. "Además ya te dije que esta no es una relación seria".
"Bueno, no te creas. En mi caso tampoco lo era, hasta que un día ella se apareció en la puerta de mi casa con dos valijas verdes, de una de las cuales llevaba colgando un llavero con forma de patito", me contó, riéndose como si el detalle descriptivo fuera de lo más gracioso. Pero no. No lo era. Al menos a mí no me estaba resultando cómico.
"Disculpame la pregunta, pero... ¿cómo se llama tu novia?", balbuceé.
"Laura. ¿Por? No creo que la conozcas..."
"No, no. Claro que no. ¿De dónde podría conocerla?", logré articular.
La conversación y el encuentro casual con Gabriel terminaron con esa frase. Fui incapaz de hacerme la distraida y encontrar algún otro tema para conversar con él, así que nos despedimos.
Caminé unas cuadras, olvidándome ya hacia dónde estaba yendo originalmente. Me era imposible sacar de mi cabeza aquellas palabras. Las dos valijas verdes con el llavero de patito. Laura. Laura la loca. Entremezclándose en la vida de tantos hombres, repitiendo un mismo patrón, llevando sus valijas verdes y su llavero de patito por tantos hogares que intentaba hacer propios. Rozando mi propia existencia tangencialmente. Laura con Lucas. Laura con Gabriel. ¿Quién demonios era esta Laura? ¿Por qué volvía a aparecer...?
Pensé en contarle a Lucas acerca del episodio con Gabriel. Definitivamente iba a resultarle una historia graciosa, una ficha más en el rompecabezas que era Laura. Pero luego me di cuenta que no tenía ningún sentido, o que quizás el cuento de Laura y sus valijas verdes con llavero de patito tenía que poseer algún tipo de significado oculto para mi propia existencia, que yo debería descifrar sola y sin intervención de nadie.
Las obligaciones cotidianas y varios otros eventos que tampoco vienen al caso mencionar, hicieron que nuevamente me fuera olvidando del asunto con el correr del tiempo. Hasta aquella tarde en el hall del aeropuerto, en que vi pasar un carrito con dos valijas verdes con un llavero de patito.
Intentando no perder mi posición en la fila que se había formado detrás del mostrador del check-in de la línea aérea, moví mi cabeza hacia un costado y hacia el otro, tratando de esquivar la masa de cuerpos que se interponían entre mis ojos y el rostro de aquella persona -probablemente llamada Laura- que empujaba el carrito por el hall del aeropuerto.
No llegué a verla a ella. Mi visión estaba obstaculizada por un señor gordo con lentes oscuros que esperaba abordar el mismo avión que yo. Pero pude ver a su acompañante. Y supe en ese mismo instante que no era ni Lucas, ni Gabriel, ni -gracias al cielo- ningún otro hombre conocido por mí.
Laura tenía una nueva víctima hacia la cual apuntaba y transportaba sus dos valijas verdes cargadas de deseos y expectativas. Su figura se perdió entre la multitud y yo solamente atiné a pensar: "Que Dios te ayude, Laura. Ojalá esta vez logres encontrar lo que hace tanto tiempo venís buscando y trasladando simbólicamente en tus dos valijas verdes con llavero de patito".

Fin

Etiquetas:

 
jueves, agosto 25, 2005
(373) LAS VALIJAS VERDES - 2º parte
No volvimos a saber nunca más el uno del otro hasta que, algunas semanas más tarde, yo me tomé un avión para venir de visita a Buenos Aires y me la encuentro a ella, sentada unas filas más atrás que yo, acompañada de un tipo. Un tipo que evidentemente era su nuevo novio, porque andaban a los arrumacos.
Creo que los dos nos hicimos los tontos porque fue evidente que en algún momento de las dos horas y media de vuelo nos vimos, pero ninguno fue capaz de saludar al otro.
En Ezeiza a mí me esperaban mis viejos, y cuando pasé los controles y llegué al hall, lo primero que me dijo mi mamá fue: Lucas, ¿vos viste quién viajaba en el mismo vuelo que vos?
Sí, le respondí. Laura.
Y minutos más tarde la vi pasar acompañada por su novio y empujando un carrito donde llevaba, justamente, sus dos valijas verdes con el llavero de patito. No pude evitar reirme.
Pero no todo terminó ahí.
Unos meses más tarde yo estaba en uno de mis descansos laborales en mi casa de Santiago y decidí ir a lavar la ropa. Allá tenemos un sótano en el edificio con máquinas lavadoras para que usen los propietarios, así que bajé y... ¿adiviná a quién me encontré, sacando su ropa de una valija verde con llavero de patito y metiéndola en una de las máquinas?..."
"Naaah...", dije incrédula.
"Sí: a Laura. No te preocupes, yo puse la misma cara que vos estás poniendo ahora cuando la vi. Porque encima, no es que estaba sola: ¡estaba con un tipo! Otro, distinto al que iba con ella en el avión aquella otra vez.
Me acerqué despacito y ella vino efusiva a saludarme: ¡Hola Lu, qué hacés tanto tiempo!
Yo bien, pero... ¿qué hacés vos acá, lavando ropa?
Ah nada, lo que pasa es que en casa no tenemos lavarropas y como el portero de acá me conoce y tenemos buena onda, me permite pasar a usar la máquina... Uy, perdoname, estuve muy descortés: te presento a mi novio, Gustavo. Él es Lucas.
El tal Gustavo me tendió la mano, mientras yo lo miraba asombrado, y él me decía: Mucho gusto. ¿Así que vos sos el famoso Lucas? Me alegro de conocerte. Bueno, Laura, te espero en el auto. Hasta luego, Lucas, encantado.
Chau, le dije. Y en cuanto se fue, le pedí explicaciones a Laura: ¿Qué onda este tipo que me saluda tan contento? ¿Vos le dijiste que vivías conmigo?
No, se rió Laura. Le dije que yo vivía en este edificio y que vos eras mi vecino. Y que como los dos somos argentinos, habíamos pegado buena onda. Nada más.
Ah...
Che Lu, me preguntó, ¿todavía tenés el jean que me olvidé en tu casa?
Sí.
Bueno, subo a buscarlo. ¿Puedo?
Claro.
Y esa sí fue la última vez que la vi a Laura: guardando un jean que se había dejado olvidado en mi casa, dentro de su valija verde con llavero de patito. Una loca terrible. No sé qué será de su vida hoy por hoy, pero esta historia siempre me resultó graciosa... o tragicómica, mejor dicho", terminó su relato Lucas.

Y la tragicómica historia de la loca Laura y sus dos valijas verdes con llavero de patito hubiese quedado ahí, archivada en mi memoria y seguramente olvidada con el correr del tiempo, si no fuera porque algunas semanas más tarde, este relato se me mezcló con el de Gabriel.

Continuará...

Etiquetas:

 
miércoles, agosto 24, 2005
(372) LAS VALIJAS VERDES - 1º parte
Historia en tres capítulos, basada en hechos reales. Los nombres de los personajes fueron cambiados para preservar su identidad.

Allí estaba yo, haciendo la cola frente al mostrador de la línea aérea que en un par de horas me transportaría hasta mi próximo destino. Era una tarde tranquila. Otras decenas de pasajeros esperaban lo mismo que yo: llegar hasta el mostrador para poder despachar el equipaje, presentar el pasaje y el pasaporte, completar la tarjeta de migraciones... Todo marchaba con una absoluta tranquilidad y mi mente ya estaba de viaje, vagando por otros rumbos, cuando mis ojos se posaron en aquel carrito que se desplazaba por el hall del aeropuerto, y las vi: dos valijas verdes; de una de ellas colgaba un llavero con forma de patito.
Me paralicé y me sobresalté, todo al mismo tiempo. Y durante el segundo que me tomó reaccionar para buscar entre la multitud de gente que circulaba por el hall del aeropuerto el rostro de aquella mujer que empujaba el carrito con las valijas verdes con el llavero de patito, se agolparon en mi mente los entrelazados recuerdos de esta historia.

Cinco años atrás, mediante circunstancias que no vale la pena explicar, conocí a Lucas, un hombre que apenas se elevaba un metro setenta del suelo y que en ese entonces trabajaba como recepcionista en un hotel cuatro estrellas de la zona céntrica. Al poco tiempo de conocernos, Lucas y yo empezamos a salir y compartimos unos meses de nuestras vidas. No fueron muchos, pero alcanzaron para consolidar un vínculo fuerte y plagado de códigos y de un cariño mutuo que harían perdurar nuestra relación a lo largo del tiempo.
Cuando dejamos de salir, Lucas estaba buscando cambiar un poco el rumbo de su vida.
Cansado de trabajar en hoteles por un sueldo bastante mísero y cumpliendo horarios de lo más extraños, Lucas fue moviéndose por el mundo para hacerse camino. Y a pesar de que el tiempo y nuestras vidas seguían transcurriendo por separado, inevitablemente nunca perdimos el contacto. Un día me enteraba que estaba en Mar del Plata, promocionando el disco que había grabado con su banda, de la cual él era percusionista. Tiempo después me llegaba un mail con saludos de Año Nuevo desde una isla brasilera donde estaba trabajando como organizador de eventos de una posada frente al mar. Otro día me escribía desde Italia, contándome que estaba haciendo un curso de reservas aéreas. Hasta que cierto día volvió a Buenos Aires, retomó un trabajo como recepcionista en un hotel, y a los pocos días le llegó una propuesta laboral para incorporarse como auxiliar de abordo de una compañía aérea chilena, que requería, además, su traslado a Santiago en forma definitiva.
No tuvimos tiempo para despedirnos más que telefónicamente. Lucas partió hacia Chile, hizo el entrenamiento correspondiente, y a las pocas semanas ya estaba volando por el mundo.
Los siguientes encuentros (virtuales) lo llevaban, según la ocasion, a estar escribiéndome desde lugares como Nueva York, Madrid, Auckland, San Pablo, Los Ángeles, Lima o Miami.
En oportunidades le tocaba también como destino Buenos Aires. Y cada vez que los tiempos se lo permitían, Lucas me llamaba y nos encontrábamos a tomar unos tragos y compartir los relatos acerca de lo que cada uno había estado haciendo en los últimos meses desde la vez anterior que nos habíamos visto.
Fue durante uno de esos encuentros, ocurrido unos días después de mi cumpleaños, que se presentó el siguiente diálogo:
"¿Y cuántos años cumpliste?", me preguntó Lucas.
"Veintiocho".
"¡Veintiocho! ¡Estás hecha mierda!", se rió, "Pensar que yo tenía veintiocho años cuando vos y yo nos conocimos..."
"Es verdad. Y ahora tenés... ¿cuántos ya?", lo espeté.
"Treinta y dos".
"Dios mío, Lu, ¡eso es una barbaridad de años! ¿Cuándo te pensás casar?", bromeé, sabiendo que mi querido Lucas es y siempre será un soltero incorregible.
"Callate, que ya estuvieron a punto de engancharme por la fuerza..."
"¡Me estás jodiendo!", le dije, soltando una carcajada.
"No, no. Escuchá que te cuento...
Unos meses antes de irme a vivir a Santiago, yo estaba saliendo con una chica. Nada serio, no era mi novia ni nada por el estilo, pero digamos que Laura era una persona que ameritaba que me sentara a explicarle que en unos pocos días yo me estaba yendo a vivir a otro país. Así que me senté y le planteé la situación. Ella comprendió todo y unos días más tarde nos despedimos en el aeropuerto de Ezeiza. Las últimas palabras textuales que nos dijimos fueron: Bueno, vemos qué pasa...
Llegué a Santiago, empecé con los entrenamientos en la compañía aérea y, paralelamente, me busqué un departamento donde instalarme. Conseguí un lindo bulo en el piso 14 de una torre en Las Condes. Me acomodé ahí y un mes más tarde, ya estaba volando por el mundo.
Cierto día estaba en mi casa y siento que llaman a la puerta. Cuando la abro, me encuentro a Laura del otro lado, sonriendo y cargando dos valijas verdes. Y de una de las valijas colgaba un llavero con forma de patito... ¡por Dios, qué ridícula!", rió e hizo una pausa para tomar un trago de cerveza. "Yo me quedé duro, la miré y le dije: ¿Qué hacés acá?
Vine a quedarme con vos, me respondió ella.
Pero... ¿cómo a quedarte? Si vos estás recién recibida de médica y...
Sí sí, ya sé. Pero quiero estar con vos. Así que me vine y no quise decirte nada antes para darte la sorpresa.
Yo estaba en shock. De pronto esta mina, que no era mi novia ni nada por el estilo, venía a instalarse en mi propia casa, sin haberme ni siquiera consultado previamente. ¡Y encima pensaba que para mí eso era una grata sorpresa, cuando en realidad me estaba destrozando toda mi felicidad de soltero! Pero bueno, la dejé, me dio pena. ¿Adónde iba a ir sino? Le permití descargar el contenido de sus dos valijas verdes y se acomodó en mi departamento.
Intenté no preocuparme demasiado sobre este asunto, pensando que de todas maneras era muy poco el tiempo que yo pasaba realmente en Santiago. Con tantos vuelos y destinos lejanos, casi no estaba en casa.
Entretanto ella validó su título de médica en Chile. El tiempo iba pasando y a mí cada vez me molestaba más encontrarme con Laura en mi casa cada vez que llegaba de algún vuelo. Empecé a pasar poco tiempo en el departamento. Llegaba a Santiago y arreglaba con mis amigos de allá para irme de copas con tal de no estar con ella. Hasta que un día me harté y la senté con la frase matadora: Laura, tenemos que hablar.
Le planteé la situación. Le dije que así no iba la cosa. Que yo necesitaba mi espacio para estar solo y que no quería saber nada con este tema de la convivencia".
"¿Y cómo se lo tomó ella?", le pregunté mientras lo escuchaba muy atentamente.
"Bueno, al principio le agarró medio un ataque de histeria. Se puso a llorar, caminaba por el departamento, miraba por el balcón. ¡No sabés el miedo que me agarró! Pensé: ¡y ahora se me tira del piso 14 y me meto en un bolonqui terrible!
Pero bueno, después logré que se tranquilizara un poco. Al día siguiente yo tenía que volar a México DF y le dije que se tomara esos dos días que yo no iba a estar, para juntar sus cosas, meterlas en las dos valijas verdes y pensar qué quería hacer. Que inclusive si se quería volver a Buenos Aires, yo veía de acomodarla en un vuelo. Pero me dijo que no. Que ella en Santiago estaba muy cómoda y que no quería volver a Buenos Aires ni regresar a la casa de sus padres. Que yo no me preocupara por nada, que ella ya iba a conseguir dónde quedarse.
Me fui a México y todavía la llamé desde allá para corroborar que ella estuviera bien y que mi departamento siguiera existiendo, no sea cosa que quizás Laura hubiera decidido hacer algo con él, en un ataque piromaníaco, por ejemplo. Pero no. Todo estaba en orden. Laura estaba juntando sus cosas y metiéndolas en sus dos valijas verdes, y para cuando yo volví a Santiago, ella ya no estaba en el departamento. Me dejó una nota sobre la mesa del comedor, diciéndome que se iba a quedar en la casa de una amiga chilena que había conocido allá.

Continuará...

Etiquetas:

 
lunes, agosto 22, 2005
(371) DIFERENTE
Qué distinto que es todo.
Todo todo. Hasta los días de lluvia.
Qué distintas suenan las palabras. Porque son distintas, aunque hayan sido las mismas. Lo que cambia es que el contenido es sincero.
Qué distintas son las miradas. Y los abrazos. Y los besos. Y cuando lo miro sin que se dé cuenta. Y cuando nos miramos intencionalmente y es sólo eso: mirarnos. O mucho más.
Qué distintas son mis mañanas. Y mis tardes. Y mis noches. Los días de la semana, los fines de semana y los feriados. Cada segundo es distinto.
Qué distinto es todo cuando las cosas se dan naturalmente. Cuando es recíproco. Cuando se comparte. Cuando es mutuo. Cuando no es forzado. Cuando el otro no es un acertijo ni una incógnita, sino la esencia más transparente que se deja ver.
Qué distinto es todo cuando se siente. Y cuando ese sentimiento, lejos de dar miedo o asustar, se convierte en el dulce más preciado del que quiero más y más.
Qué distinto es todo desde que él está. Tan lindo que hasta nos parece irreal. Pero no lo es.
Es. Está. Y se siente.

Etiquetas:

 
viernes, agosto 19, 2005
(370) ADAPTACIÓN con agregados
Hakuna matate esa forma que tenés de ser
Hakuna matate no tengo nada que temer

Sin preocuparse es como hay que vivir (pedazo de bobo)
A vivir así yo aprendí (te guste o no)
Hakuna matate

Cuando era joven él
Cuando era joven yo (y lo sigo siendo eh)
Muy bien, gracias
Sintió que su aroma le dio mucha fama (y después se echó a dormir)
Vació la sábana después de comer (típico...!)

Un alma sensible soy (por si no te habías dado cuenta)
Aunque de cuero cubierto estoy (já!)
Y a mis amigos el viento se los llevó (que te lleve lejos a vos también)

Qué vergüenza oh qué vergüenza (debería darte, pero no tenés)
Mi nombre cambió a Hortencia (no me interesa ni saber cómo se llama)
Mucho sufrí yo
Cada vez que yo...
Pumba, estamos frente a los niños!
Oh perdón!

Hakuna matate vos y tu forma de ser
Hakuna matate sos de temer
Sin preocuparse es como hay que vivir (tus problemitas me agotaron)
A vivir así ya aprendí
Hakuna matate hakuna matate hakuna matate

Lala lala...


(Perdón a la versión original, que la adoro)

Etiquetas: ,

 
jueves, agosto 18, 2005
(369) GRAFOLOGÍA BARATA
Cuando uno tuvo la suerte de viajar bastante o, por las razones que fueran, de estar en contacto permanente con gente de otros países y de otras culturas, te empezás a dar cuenta que después de cierto tiempo ya sos capaz de identificar la nacionalidad de las personas que te rodean, observando tan sólo algunos rasgos físicos.
Así, con sólo mirarles la cara, o la ropa, o la postura (y sin haber escuchado la lengua en la que hablan) podés adivinar si aquel que pasó caminando por allá es brasilero, francés, yanqui, español o japonés (bueno, con los orientales es más fácil, obvio). Y vieron que lo mismo pasa cuando estás en el exterior y detectás al toque a tus compatriotas argentinos. No sé, hay algo en los rasgos, se les nota en la cara.
Lo mismo pasa con las voces. No me refiero al lenguaje, sino al tono de voz. Como si de acuerdo a la nacionalidad se pudiera establecer un rango de frecuencias dentro del cual se encuentran las voces de cada país.
Y si vamos un poquito más allá, fíjense que con la letra pasa lo mismo. Acá sería re interesante poder contar con el marco teórico que me podría dar mi tía, que es grafóloga, pero... posta: yo que trabajo rodeada de alemanes me doy cuenta al toque cuándo un manuscrito lo escribió un alemán. Tienen un estilo de letra particular, más allá de las características propias de cada individuo, hay como cierto patrón que se repite.
Lo interesante (si es que hay algo interesante en toda esta reflexión) es que todas estas cualidades permanecen inalterables, sin importar el lugar en el que viva cada persona. A lo que me refiero es que mi cara, mi tono de voz y mi letra de argentina no se modifican por más que yo me mude... no sé... a Italia y me quede a vivir ahí. Es decir: por más que me quede viviendo en Italia el resto de mis días, no voy a adoptar ni la cara, ni el tono de voz, ni la letra de las italianas. Lo mismo a la inversa. Los alemanes que viven acá, siguen teniendo cara, voz y letra de alemanes. O sea que en realidad, estas no son características ligadas pura y exclusivamente al contexto, sino que deben tener alguna base genética.
"Obvio", van a pensar ustedes.
Sí, "obvio" es lo de los rasgos físicos. "Obvio" lo de la voz. Pero ¿lo de la letra?... Eso, me parece asombroso.
Si la letra es el reflejo de nuestra personalidad, pero a la vez hay ciertos patrones que estarían predeterminados genéticamente de acuerdo al lugar donde nacimos (o, me corrijo: ¿donde cursamos nuestra escolaridad?)... ¿podríamos decir entonces que hay ciertos rasgos de la personalidad que pueden llegar a estar relacionados con nuestro lugar de origen?
No sé... Por ahí es fruta.
Después le pregunto a mi tía grafóloga y les cuento.

Etiquetas:

 
miércoles, agosto 17, 2005
(368) GOTITAS
Y de la nada, me descubrí llorando mientras le contaba qué significaba para mí actuar y cuánto extraño estar arriba de las tablas.
Llorar, sí.
Como cuando le conté lo mucho que amaba a mi abuela Cecilia. O ese mismo día, cuando describí la relación amor-odio con mi abuela Catalina.
2 sesiones de 5 tuvieron lagrimitas. Hecho histórico. Especialmente para alguien como yo, a la que le cuesta tanto llorar.

Por eso lo dejo asentado acá. Porque cada tanto necesito recordarme que está bueno destapar los lagrimales.
Vamos bien.

Etiquetas:

 
martes, agosto 16, 2005
(367) EN EL AIRE
Lo que pasa es que mi universo ya implosionó tantas veces que no te das una idea lo que es este caos. Algunos tuvieron que bancarse inclusive que esas astillitas que quedaban de implosiones anteriores dañaran sus naves y echaran a perder la misión. Pero eso pasa cuando logran traspasar la coraza, vencer las leyes de gravedad (y seriedad) e intentan colonizar mi planeta. Mis centros espaciales ofrecen resistencia... ¿estás seguro que querés intentarlo?
Vos por las dudas revisá bien tu equipo. La escafandra es fundamental. Después, una vez que te acostumbres (y yo también), todo es más fácil.
Pero para qué apurarse. Hay que planificar bien la conquista. Igual eso es trabajo tuyo. Yo solamente me estoy encargando de barrer un poco, cuestión de sacar la mayor cantidad de astillitas posible. O al menos, las que yo veo.
Hacé bien los cálculos. Porque si hay choque de planetas, en vez de implosión se produce explosión, y eso sería muy trágico.

Bienvenido a mi órbita. Que tengas suerte esquivando la lluvia de meteoritos. Es normal. Mecanismo de defensa, que le dicen.

Etiquetas: ,

 
domingo, agosto 14, 2005
(366) PICADITA DE DOMINGO
Una hora y media de risas. Un guiño cómplice con los que los seguimos desde hace años. La mejor ubicación (les veíamos las caras perfecto!). La mejor compañía. Pico dulces. Paragüitas de chocolate. El programita desplegable.
Eso fue anoche "Los premios Mastropiero" de Les Luthiers en el Gran Rex.
Y no se puede contar más. Vayan.

Gracias (una vez más y van...) Diego, Baterflai e Inés! La pasamos muy bien, ¿no es cierto, chicos?

De paso, mis disculpas a quienes dejé plantados en la Marlboro MXTronica. Sinceramente salí del teatro en otra sintonía, lejos del punchi punchi. Otra vez será.

Feliz día del niño para todos!

Etiquetas:

 
jueves, agosto 11, 2005
(365) APUNTES RESUMIDOS
Sensación en el aire: expectativa... pero de la buena.
Sensación bajo mis pies: las napas se mueven. Igual no me voy a caer, voy a usar esos movimientos para ponerme a bailar como desquiciada.
Sensación térmica: dependiendo del interlocutor de turno, desde temperaturas bajo cero hasta calores sofocantes.
Sensación interior: cambios, demasiada felicidad para poder contenerla en un metro sesenta y cuatro, tranquilidad.
Sensación exterior: oia, cuánta gente!

"Cuando estaba surfeando en Brasil, entendí que el mar es la perfecta analogía de lo que es la vida. Hay que saber dejar pasar algunas olas y tener la paciencia suficiente para esperar hasta que llegue una mejor. Siempre vienen más olas. Y qué bueno está cuando enganchás la ola perfecta!...". Y claro... por algo hace 24 años que sos mi mejor amiga, querida!

Meta personal: aprender a detectar personalidades con falso-self y aprender a huirles en vez de adoptarlos. Recordar que no es normal que una persona mienta constantemente.

Etiquetas:

 
martes, agosto 09, 2005
(364) AFUERA
"¿Vamos? Estoy cansada...", le digo a mi amiga.
Salimos del bar y el viento frío del sábado a las 4 de la madrugada nos despabila un poco. Con las manos en los bolsillos del abrigo, voy caminando hasta el auto, y es al dar la vuelta en la siguiente esquina donde el destino me sorprende absolutamente desarmada.
Allí está él nuevamente. Luego de tantos años, sigue igual... o quizás tiene el pelo un poco más largo que la última vez que lo vi, y hasta podría adivinar que subió un poco de peso. Lleva a otra apretada contra su cuerpo y rodeada por su brazo derecho. Otra que ya no soy yo.
Nuestras miradas se cruzan durante apenas un segundo, en medio del tumulto de gente que camina por esa zona tan transitada un sábado a la noche. Tal vez hayan sido apenas unas centésimas... pero a mí me resulta una eternidad difícil de soportar y aparto mis ojos, con la misma violencia con la que él dijo adiós hace algunos años. Nadie dice nada. El mundo parece no haberse dado cuenta de este acontecimiento, pero sin embargo yo sí. Me mimetizo con el frío de agosto y sigo mi camino sin decir una palabra ni hacer una mueca.
Una vez más, me quedo muda. Y de la misma manera en que callé tantos te quiero porque todos los que le dije no fueron suficientes, y me guardé tantos te extraño porque lo sabía impermeable a esas palabras, aquella noche fui incapaz de pronunciar un simple hola, que seguramente no habría cambiado en nada nuestras vidas.
Y por un instante el mundo vuelve a entrar en desequilibrio. A pesar del silencio.
"Qué sueño que tengo", dice mi amiga, "Ya estaba re embolada".
"Sí, ahí adentro no pasaba nada...", le respondo. Y pienso: acá afuera pasa de todo.

Etiquetas:

 
lunes, agosto 08, 2005
(363) LA RIMA LA LIMA
Como usuarios del Español, debemos agradecerle a nuestra lengua que determinadas palabras se escriban, lean y pronuncien de la manera en que efectivamente lo hacen.
De esta forma, luego de siglos y siglos de evolución lingüística, podemos establecer que todo poeta o autor de canciones puede (y de hecho, debe!) usar y abusar de las siguientes combinaciones fonemáticas para la composición de sus rimas:
amor / dolor pasión / canción hombre / nombre alma / calma viento / siento corazón / razón locura / amargura sueño / dueño
boca / loca

E inclusive quienes se dediquen a la cumbia villera, podrán abusar de su exclusiva combinación:
cerveza / cabeza

Gracias entonces a nuestra querida lengua... que da para todo.

Etiquetas:

 
viernes, agosto 05, 2005
(362) CUIDADO CON LO QUE DESEAS...
¿Qué posibilidades hay de que la profecía de un amigo finalmente se cumpla casi casi igual a como me la planteó?
¿Qué posibilidades hay de desear fuertemente un cambio y que el viento sople a favor y los pasos se vayan cumpliendo?
¿Qué posibilidades hay de escuchar una frase tranquilizadora cuando el panorama se ve negro (o mejor dicho, comienza a dejar de verse)... pero por ahora hay que mantener la esperanza de que puede llegar a estar todo bien?
¿Qué posibilidades hay de imaginarse una situación ideal y que se cumpla exactamente como quería?
¿Qué posibilidades hay de sentirme segura de que he llegado a controlar algo que creía indomable?
¿Qué posibilidades hay de que te sorprendan ofreciéndote algo mejor de lo que pedías?
¿Qué posibilidades hay de seguir ligando cuando pensabas que la buena racha ya se había agotado?

Hoy por hoy, 100%.
Por primera vez siento que esta vez la suerte está un poquito de mi lado. Bastante, en realidad, pero tampoco queremos que se asuste y terminar ahuyentándola.
O quizás sea eso de que el buen karma existe, y es tiempo de cosechas. O que hay una fuerza superior que escucha y, en algún momento, cumple. O que debería agachar mi cabeza y reconocer que la terapia me hace bien. O que quizás no soy tan débil como yo me veo a mí misma, y que cuando realmente quiero, puedo luchar por cumplir mis sueños, concretar mis proyectos y alcanzar mis objetivos.

Etiquetas:

 
jueves, agosto 04, 2005
(361) SEGUNDA VUELTA
Una vuelta entera de 360 (posts).
Una segunda vuelta, quién sabe por cuánto...
Exactamente un mes después (bueno, casi). No, no lo estaba calculando (¿o sí?). Tampoco lo planeé... ni siquiera sé por qué lo estoy haciendo.
Quizás porque las ganas que se habían ido, volvieron. Y con eso ya es suficiente, ¿no?
Quizás porque a lo largo de todo este mes, escondida un poco en las sombras, pude sentir y experimentar en diversas formas y actitudes que es cierto (aunque suene bobo decirlo) que el blog me dio muchas cosas. Y muchas de ellas ameritan el regreso.
Gracias a todos los que escribieron (sí, a vos, el único que bardeó, también!), preguntaron, saludaron, se acercaron o siguieron estando cerca durante el mes en el cual me senté en el cómodo y relajado sillón de comentarista de otros. Ahora volvió el tiempo de decir.

Pero antes, se establecerán las reglas para esta segunda vuelta. A saber:
- No habrá una frecuencia establecida de posteo. Es decir, posteo cuando se me da la gana. Reclamos del estilo "actualizá el blog" caerán en el pozo ciego de mi indiferencia.
- Los posts no se explican. El que lo entendió, bien. El que le quiso dar una interpretación, genial. Pero no todo en mí tiene coherencia, ni relación, ni razón de ser. Anoten eso, que es importante.
- Si posteo largo y eso molesta, no me ofendo si no leen. También aplicable sacando todo lo que viene antes de la coma.
- Los contenidos, temas y longitud de los posts los decido yo. Al que no le gusta, tiene seguramente otras ochomil setecientas treinta y tres opciones de cosas diferentes para hacer que no sean leer este blog. No tengo nada particularmente interesante para decir ni pienso lograr algo importante para la humanidad escribiendo acá. Tampoco la flasheo de escritora. Esto es entretenimiento puro (con una alta dosis de catarsis), así que no pretendan encontrar más que eso... ¡porque no hay!
- Los comments se responden solamente si tengo ganas o si amerita mi intervención. Yo leo todos los comments, los responda o no.
- No todo lo que se postea es autobiográfico o está ocurriéndome en tiempo presente. Así que no hace falta que me pregunten a cada rato si estoy bien (no! Estoy loca, ya lo sé!).
- No todo lo que se postea tiene un destinatario real y en tiempo presente. Si hace falta dedicar, me voy a encargar de que el destinatario se entere. Si el destinatario es del tiempo pasado, recordarlo no quiere decir que se lo extrañe (salvo que el texto así lo especifique).
- Todo el contenido está (des)protegido bajo las leyes del copyleft. El que quiera copiar, citar, parafrasear... chorear, bah... puede hacerlo, pero con previo aviso y autorización de la autora.
- Si me conocés, sabrás que soy ciclotímica. Sino, es bueno que te vayas enterando. Eso explica muchas cosas.

Bueno, y ahora sí. Reposera, daikiri, sol, playa... ¡bienvenidos nuevamente a El Mar Azul!
(nos tapó el aguá...)

Etiquetas:

 
• Bendito tú eres
• Cine Freaks
• En el bondi
• Zapada
Comida chatarra
• Efecinco Story Group
La Bloguiaventura completa aquí!
• Chamuyo Stand Up
• Agarrate Catalina!
• Agua fuertes 2004
• Al día de hoy
• Alias Tina
• Amo de mi silencio
• Barluz en la ciudad Luz
• Basket Case
• Beso violeta
• Blogovsky del Rabino
• Bonsai gigante
• Bromas saladas
• Caballo esférico
• Carolatex
• Chirli Vampire
• Contramano
• 200 violines, la misma nota
• El dado
• El mundo se ha movido
• El verdadero ojo
• Emiliando
• En el Google Talk
• En el MSN
• En fin...
• Farfolocos
• Fotonovelas
• Fruta total
• Infobosta
• Inside your bloody soul
• Insomniazz
• Literaturra
• Lo inverosimil
• Mandiyú (?)
• Mantantirulirulá
• Mantantiru Bonus Track
• Mundo Boriz
• Necesito un tiempo
• Needful things
• N.E.L.M.
• Nexo Local
• Patria Protestad!
• Plan de contingencia
• Qué paja tener un blog
• Quien lo entiende
• Ramas y raíces
• Refugiando fruta
• Retazos de mi mente
• (Rumbo al) SurNorEste
• Sacate la careta
• Salí de adentro tuyo
• Sensei Nitsuga
• Sin trigo
• Stonk
• Tango Paris
• The hidden little lady
• Tirami-Sú
• Torazo en rodeo ajeno
• Tus entuertos
• Whiscola
• Zapatilla biónica
marzo 2004
abril 2004
mayo 2004
junio 2004
julio 2004
agosto 2004
septiembre 2004
octubre 2004
noviembre 2004
diciembre 2004
enero 2005
febrero 2005
marzo 2005
abril 2005
mayo 2005
junio 2005
julio 2005
agosto 2005
septiembre 2005
octubre 2005
noviembre 2005
diciembre 2005
enero 2006
febrero 2006
marzo 2006
abril 2006
mayo 2006
junio 2006
julio 2006
agosto 2006
septiembre 2006
octubre 2006
noviembre 2006
diciembre 2006
enero 2007
junio 2007
septiembre 2007
octubre 2007
enero 2008
marzo 2008
junio 2008
agosto 2008
septiembre 2008
octubre 2008
diciembre 2008
elmarazulblog arroba gmail punto com
eXTReMe Tracker
imagen
This page is powered by Blogger. Isn't yours?
Listed on Blogwise
MyShoutbox.com - Free Shoutbox!
Adherite a WB3C - El Consorcio
Por una Argentina MENOS BRUTA
Todos los derechos reservados A LOS AMIGOS
Ya que scrolleaste hasta acá, te merecés un poco de música. Tomá!
Abba - Waterloo