Hoy: LA RUBIA HUECAEn este primer fascículo de la Colección
Me gusta ser Rubia, te enseñaremos a utilizar a tu favor las armas de las que dispone la
Rubia Hueca, también vulgarmente conocida como:
Rubia Tonta o
Rubia Tarada.
Para poder desarrollar este personaje a la perfección, debemos repasar sus características principales. A saber:
Su vestimenta es en general en tonos pastel, donde predomina el color rosa. Preferentemente debe utilizar remeritas ajustadas, que dejen el ombligo al aire (y si en esta zona del cuerpo hay un piercing o tatuaje, completa aún mejor el equipo!) con leyendas del tipo:
Princess,
Baby o
Sexy Superstar, o bien con estampados de personajes de caricaturas (en el primer lugar, de las Chicas Superpoderosas y en segundo, los animé), jeans de tiro bajo, en especial los galvanizados, pero de tiro tan tan bajo que debe asomar la ropa interior por sobre la línea de la cintura. En cuanto a la ropa interior, tenemos varias opciones: tanga, culotte de algodón, vedettina rayada o bombacha con elástico ancho donde rece la firma de alguna marca de ropa top. En los pies, zapatillas de primera marca, mientras más plateadas, mejor.
Las uñas se llevan larguitas y pintadas de rosa chicle.
Lógicamente, de su cintura debe colgar un celular. De esos bien chiquititos, modernos y de teclado luminoso color azul, que al sonar debe liberar algún
ringtone exclusivo, como un tema marchoso o una canción de Dido.
La
Rubia Hueca va por la vida con sus ojos bien delineados y brillito en los labios, de ese brillito que tiene gusto a cereza. La boca entreabierta, con un chicle que pueda mascar cuando se requiera (especialmente al hablar).
Sus frases de cabecera son:
"No entiendo" y
"Ah, ni idea". Al pronunciarlas, se acompañan de la mirada perdida y de alguna risita del estilo
"Jijiji".Los beneficios que pueden obtenerse simulando ser una
Rubia Hueca son variados:
Desde conseguir que algún compañerito de facultad nos preste sus apuntes o haga los trabajos grupales por nosotras, hasta lograr que otros especímenes masculinos hagan esas tareas que nunca tenemos ganas de hacer, como: cambiar las bombitas de luz quemadas, cambiarle el cuerito a la canilla que gotea, agujerear la pared con el taladro para colgar un cuadrito o un estante...
También podemos apelar al recurso de la
Rubia Hueca cuando tenemos ganas de reírnos de alguien internamente y le pedimos por ejemplo que nos explique un chiste que argumentamos no entender, y así vemos cómo quedan en ridículo. Ídem con las frases en doble sentido, sólo que aquí el resultado será lograr poner a los demás muy colorados y generarles vergüenza por lo que acaban de insinuarnos.
La
Rubia Hueca también tiene permiso para llegar tarde a todas las citas y encuentros, ya que puede argumentar que:
"Sori, soy re colgada!" y nadie se enojará con ella por esta tardanza. En realidad, nadie se enojará con ella por nada, ya que la
Rubia Hueca genera ternura en los demás, siempre y cuando se utilice este recurso en la medida justa. Si se abusa del mismo, pasaremos a generar exasperación e irritabilidad. Pero, como decíamos, usándolo en su justa medida, verán que pueden conseguir de los demás mucho más de lo que creían, ya que todos (y especialmente, los hombres!) lo saben:
"Soy rubia. No entiendo". Si es necesario, acompañar esta frase con un:
"¿Me ayudás?". Ellos harán el resto por nosotras!
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