Él la miraba con intensidad. Ella estaba un poco nerviosa. Habían esperado ese cumpleaños impacientemente.
En secreto, ella anotaba todo en su diario. Páginas enteras, donde, en tardes similares a esa, ella escribía: "En el cumpleaños de Belén, bailé 3 lentos y 2 rápidos con Julián.", "Hoy le conté a Silvina que gusto de Julián, y ella me dijo que ella también. Pero ella está metida con Santi. Igual lo quiere largar", "Pablo le dijo a Martina que Julián gusta de mí y le preguntó si se quería meter conmigo. A mí me encanta, pero le dije que no. Sólo para hacerme la interesante".
Esa tarde sostuvieron sus miradas largo rato. Ella se sentó a esperar que Julián se decidiera a sacarla a bailar, pero él parecía estar muy entretenido con los varones y tomaba un vaso de Fanta en un rincón.
De pronto desapareció, y al rato ella lo divisó en el balcón de la casa. Dudó un segundo, pero se decidió a salir a acompañarlo.
En cuanto ella pisó el balcón, escuchó risas y un golpe seco. Alguien había cerrado la ventana y los había dejado a los dos encerrados del lado de afuera.
Ella se desesperó.
"Abran, abran!", gritaba. Pero era en vano. Del otro lado, sostenían la puerta con fuerza y sonaban las carcajadas. Julián se reía también.
Ella se resignó y lo miró. Por fin Julián se decidió a hablarle:
"Dale, Cynthia, dejá de dar vueltas". Ella lo miró asombrada. Él se acercó, la tomó de los brazos y le dijo:
"¿No querés apretar conmigo?".El tiempo pareció detenerse. Su corazón se aceleró y sintió cómo la sangre se le iba directo a las mejillas. Era el momento que había estado esperando durante tanto tiempo y quería inmortalizarlo para siempre. Estaban pasando
El ritual de la banana de Los Pericos, y decidió que a partir de ahora, ésa sería su canción favorita.
Cuando estuvo lista para responderle, tragó saliva, abrió la boca para hablar y fue entonces cuando escuchó el timbre y luego la voz de la mamá de la cumpleañera que gritaba:
"Julián, está tu mamá, te vinieron a buscar".Eran las siete de la tarde.
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