Increíble. Esa es la palabra que encuentro para definir lo que fue la fiesta electrónica que reunió a Fatboy Slim, Layo & Bushwaka, Touché y Aldo Haydar en la playa Alamo de Mar del Plata.
Increíble el marco que le daba estar saltando y bailando en la arena, con el
no-sol cayendo (porque estaba nublado) y el mar a nuestras espaldas.
Increíble fue la excelente organización del evento. Muchísimo control en el ingreso. Te sacaban hasta los espejitos de la cartera. Todo.
Increíble el sonido, que se escuchaba perfecto hasta en los lugares más alejados. Las luces. Las pantallas gigantes repartidas por toda la playa, que no te permitían perderte de ningún detalle.
Increíble el clima, que nos dio lluvia antes de la fiesta, una tregua durante el show con temperatura calurosa (sí, calurosa!!!) y sin viento. Y media hora después de finalizado todo, se largo el temporal que nos devolvió empapados, pero felices.
Increíble el set de Fatboy Slim. No tengo palabras para definir lo que hizo ese tipo, que nos paseó por lo mejor de la música electrónica y que inclusive mezcló con bases flamencas y de samba brasilera. Increíbles las versiones que remixó de Nirvana, The White Stripes y Franz Ferdinand. Increíble que haya pasado el que, para mí, es el tema electrónico del verano: Hear my name. Increíble el bis. Fueron dos horas y cuarto de set sin descanso.
Increíble la gente. Éramos 50 mil almas saltando en una playa. Si no estuvieron, traten de imaginarse eso.
Lejos, la mejor fiesta de música electrónica a la que asistí en mi vida. Increíble.
Fatboy Slim is fuckin' in Heaven. Simplemente,
increíble.
Volví. Más detalles de mis aventuras en la Feliz, en posts venideros. Pero por ahora, quería contarles esto. Feliz en la Feliz. Así estaba yo, el sábado 29 por la noche. Increíble.
Etiquetas: Música, Viajes