En el
Día Internacional de la Mujer, qué otra cosa podemos hacer más que rendirle homenaje a los
hombres, que son aquellos que se aguantan nuestros rayes, nuestros histeriqueos, el síndrome premenstrual, la ovulación, nuestro malhumor, nuestros dolores de cabeza, nuestra ciclotimia y nuestros llantos sin causa aparente... entre otras cosas.
Hombres del mundo: yo, los admiro! Gracias por soportarme a mí y a todas mis colegas! De verdad. Para muestra basta el siguiente ejemplo:
El domingo me encontraba abordo del colectivo línea 59. Viajaba sentada atrás mío una pareja de unos 30 años de edad. Sería larguísimo reproducir todo el diálogo que escuché, pero básicamente podría contarles que ella estaba de malas y se ofuscó, todavía no sé por qué. Evidentemente tenía ganas de discutir a toda costa porque la cosa empezó con un: "Estás raro, ¿qué te pasa?". Ante el asombro del muchacho, ella le escupió cosas como: "Que nunca me hacés un mimo salvo que yo te lo pida. No, pero ahora salí, no ves que hace calor. Ahora no quiero. Me tenías agarrada de la mano y no sé por qué, me soltaste. Siempre te tengo que pedir todo, vos nunca sos capaz de tener un gesto espontáneo de cariño conmigo. Además, así sos con todo, porque sos bastante vago...".
Básicamente sobre estas frases giró toda la conversación, desde Avenida Cabildo y La Pampa hasta Las Heras y Scalabrini Ortiz, donde se bajaron... y siguieron discutiendo en la vereda!
Todavía no entiendo cómo él se bancó tanto reproche al pedo y le siguió la corriente. Todavía no entiendo por qué ella era tan densa. Y viendo ejemplares femeninos como esta doña, no puedo más que indignarme un poco por ser éste un especímen que desvirtúa a toda la fémina y que nos hace ganar el título de
Jodidas. No todas somos así de hinchacocos. No todas. Pero bueno, cada tanto nos ponemos así, pero porque somos mimosas y cada cual pide mimos de la manera que mejor le sale. Entérense que no podemos vivir sin ustedes. Son nuestro mal necesario.
A ustedes, señores, que son los destinatarios de todas nuestras quejas, reproches e insultos. A ustedes, que igual siguen admirándonos y enamorándose de nosotras, a pesar de que seamos así de densas... GRACIAS!
Feliz día a todas las mujeres!Etiquetas: Lecciones de vida