Me desperté en medio de la noche y repasé mentalmente el sueño del que acababa de salir.
Empecé a reirme sola. Mucho. Lo postearía si no fuera porque ya de por sí me olvidé de varios detalles (eso me pasa por no tener un anotadorcito en la mesa de luz, como decía Sigmund) y porque además supongo que me daría un poco de vergüenza. No, no era un sueño hot. Solamente voy a decir, así muy por encima, que el sueño transcurría en cierta peluquería top (donde ya he confesado que me corto el pelo) que empieza con
Cer y termina con
ini, en la cual, una Naty en su mejor versión de
la rubia güeca se quejaba porque nadie la quería atender. Es que... los peluqueros se negaban a atenderme y yo no entendía por qué! Entonces pedía el libro de quejas y anotaba allí toooodo lo que me había pasado (cual
Querido Blog). Es decir: repasaba por escrito lo que ya había soñado! ¿Se entiende? Bueno, sino relean, y ahí tienen un claro ejemplo (cuac!).
Definitivamente haber cenado wok de búfalo y conejo a las brasas con mis amigas, terminó haciendo estragos en mi psiquis. Más, si a eso se le agrega de postre un "chocolate+chocolate", que consiste en una copa con: helado de, mousse de, marquise de, trocitos de, salsita de y cubanitos de... chocolate!
Comida pesada trae sueños pesados.
O... Comida de rubia güeca de Palermo Jolibu trae sueños de rubia güeca que se peina en Cer*ini.
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