No, esperen! No sé si quiero estar acá...
Bah sí, no sé, qué sé yo... Me da como cosita. Extraño un poco lo otro. Y acá todo tiene ese olorcito a nuevo. El piso brilla y responde a mi paso con ruiditos que rebotan en las paredes haciendo eco eco eco eco.
Ecco, poné eso ahí. Sí, dejalo por ahí que yo después me fijo y lo acomodo donde más me guste.
No sé, el lugar está bueno. Sí, me gusta. Tiene su onda. Y cuando le empiece a poner mis cosas seguro que va a quedar más copado y ahí me voy a sentir más cómoda. Tengo que entrar en confianza, no? Es eso. Sí, debe ser eso. Bueno, hasta que lo recorra y me acostumbre va a pasar un rato, así que mejor me pongo ya mismo a mirar un poco.
Ta bueno eh. Pero no sé... ¿están seguros que yo acá voy a estar bien? ¿No voy a desentonar un poco? No, por mí no se preocupen, que yo me adapto enseguida. Creo. Bueno, intento, al menos.
Ufff... Por fin se fueron todos, un poco de paz! A ver, ¿qué onda esto?... No sé, tengo que empezar a reconocer este nuevo lugar en el que me encuentro. Son demasiadas sensaciones nuevas, tengo que procesarlas. Pero está bueno, me gustan los cambios.
Qué sé yo.
Yo me quedo un rato más acá y veo. De última, si no me gusta, me voy y listo. Pero creo que me gusta.
Etiquetas: Cuentos