El día amerita el duplete de posts (cosa particularmente extraña en este blog). Y no, no vamos a hablar del Día de la Mujer y de si está bien festejarlo o no, por el origen mismo de lo que se conmemora, etcétera... Voy a detenerme a hablar de una mujer en particular.
Y será un post privado y muy
querido blog, que quizás a pocos les importe. Lo cierto es que con esta persona tengo una conexión sumamente especial desde hace ya bastante tiempo, desde antes aún de conocernos (en persona).
Características e historias de vida en común fueron las primeras cosas que nos unieron y nos acercaron. Primero a través de este espacio (y del suyo). Luego también por chat, y de ahí pasamos a los mails laaaargos que solemos escribirnos con frecuencia.
Y de pronto apareció mi oportunidad de viajar a Europa en mayo del año pasado, con la inevitable escala en donde ella vive: la Ciudad de la Luz.
Me esperó en la Gare du Nord con un cartelito que sostenía Ferros y que decía "
Bienvenida Naty!". Me abrió las puertas de su casa y puso toda su hospitalidad a mi disposición. Me presentó a sus amigos parisinos.
Junto a ella conocí un París distinto. Imposible olvidar aquel cafecito que compartimos en la terraza de un bar en Montmartre, la cervecita a orillas del canal, las compras en el mercado, la borrachera que nos agarramos juntas en la Fiesta del Champagne al ritmo de
la piba de la vishaaaaa, el paseo turístico por el Arco del Triunfo, la Torre Eiffel, los puentes del Sena..., el abrazo aquel día en que recibió una noticia triste, la milonga, la degustación de quesos y vinos junto a Farfo y Pablo luchando al estilo Star Wars con baguettes a modo de sables de la luz, los estornudos en stereo cuando comíamos mousse de chocolate, el helado detrás de Notre Dame... tantas cosas!
Por suerte hubo reencuentro al poco tiempo en Buenos Aires, donde compartimos nuestras historias junto a otros personajes (XrYs!) más.
Ella regresó a Paris, y continuamos con el chat, los mails y alguna que otra llamadita telefónica. Tenemos fecha de reencuentro en Paris para el 3 de julio de este año, donde volveremos a compartir otros 3 días juntas, pero esta vez portando orgullosas un verdadero título de
Amigas. Porque ella es mi amiga a la distancia. Pero ya se dice por ahí... que cuando hay un vínculo verdadero, no hay distancia que separe los corazones!
Gracias por todo! Te quiero mucho, amiga. Te deseo, en tu día, un
muy pero muy feliz cumpleaños, querida
Barluz!
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