
Parece que la hermosa criaturita -mi gato Poto- encontró una nueva forma de entretenerse durante el día mientras nosotros nos vamos a trabajar y lo dejamos solo: se dedica a abrir cajones y vaciar su contenido.
Primero se ensañó con el cajón de uno de los muebles del living, donde guardamos servilletas, manteles e individuales (además del control remoto del dvd y los papelitos de los delivery, que estaban justamente ahí para salvaguardarse de Poto!) y desaparrama el contenido por todo el parquet*.
Ya destruyó servilletas de papel y debo reconocer que hemos perdido el teléfono de varios lugares de comida por culpa del gatito. Y no, él no se contenta con que uno guarde todo nuevamente en el cajón, porque a los 5 minutos -o al día siguiente, en nuestra ausencia- lo vuelve a abrir y lo vuelve a vaciar.
Ahora también descubrió que puede hacer la misma tarea con uno de los cajones del vanitory donde yo guardo otros elementos de su destructiva preferencia: hebillas, broches, invisibles y gomitas de pelo. Y así es que cada vez que llego al pasillo de mi departamento me encuentro con 2 o 3 gomitas de pelo que Poto pasó por debajo de la puerta, rescaté un broche del inodoro, y puteé cuando pisé descalza un invisible -que, como su nombre lo indica, es
idem!-.
Y no, no tengo pensado cambiar mis rutinas a esta altura del partido, cuando no es que el gato es cachorro sino que ya tiene más de 3 años y no da ni educarlo ni, como cuando era bebé, sacar de su vista todo lo que pudiera enquilombar. Así que se aceptan sugerencias de todo tipo (salvo sacrificio, tortura o electrificación de este felino que... lo adoro, para qué mentirles!) para solucionar tal inconveniente doméstico.
La primera idea piola ya la tiró mi amiga Caro por línea privada: poner pedacitos de cartón para trabar los cajones y que le cueste más abrirlos. Pero, conociéndolo a Poto, sé que eso le va a llamar más la atención y no va a parar hasta haber destruido el cartón con sus garritas para luego dedicarse a la apertura cajoneril y despilfarro de su contenido.
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Cabe recordar, ya que se lo nombra, que 2 metros cuadrados del parquet de nuestro living son propiedad exclusiva del señor peluca!Etiquetas: Porque sí