Fin de semana atípico y hasta bizarro, pero no por eso menos divertido.
Comenzó el viernes a la noche reunidos en casa de amiga con sus amigos de país del norte de América que se hacían los
esto es un asco y no pienso tomarlo, pero que se bebieron unas cuantas (muchas!) medidas de pisco, o lo que ellos mismos bautizaron como
dirty water.
Y de ahí todos juntos a boliche con ambientación y musicalización setentosa-ochentosa, a puro disco, afro, pantalones oxford, vincha en el pelo y pista luminosa de
Saturday night fever. Yankis leaving early porque ya estaban para atrás. Cantar, una vez más,
I will survive a los gritos y con dramatización incluida. Controlar a cierto amigo de novio que se convierte en velocirraptor cuando sale solo. Apreciar a novio bailando descontroladamente (cosa que pocas veces he visto). Volver tarde (o temprano en la madrugada) con la felicidad a pesar del cansancio.
Sábado trabajando en evento... pero no cualquier evento, sino evento aniversario de... sindicato! Compartir puerta con amigo al cual el papel de promotor le sale de taquito. Vender merchandising con amigos (compañeros!) y asombrarnos de que la gente pueda (y quiera!) comprar tanta porquería. Escuchar show de Fabiana Cantilo
pasada de la raya (cuac!) y desafinando mejor que nunca, evidencia de que cualquiera puede cantar. Twist en el puestito, puchos en el backstage, reencuentro con ex compañeros de antiguos trabajos, miles de frases célebres derrochadas en una noche a puro
compañerismo y rodeados en su mayoría de señoras docentes y jubiladas, bombo platillo redoblante, cantitos sindicalistas, banderas y discursos políticos y carteles en Comic Sans.
Domingo de descanso... o no tanto.
Y que no se repita tan seguido, por favor.
Etiquetas: XrY