Tengo formas muy extrañas de percibir el paso del tiempo. A veces puedo sentir que hace muy poco que me pasó tal cosa y resulta que ya pasaron años. Y otras veces siento que hace un montón que colgué el post de acá abajo, y en realidad pasaron dos días.
Hola. Los extrañaba.
Obvio. A pesar de todo, no me pude resistir. Bajé los decibeles, pero seguí visitando y comentando en algunos blogs. Y volví a casita.
Qué decir... Cuando posteé "Bandera roja" lo hice con lágrimas en los ojos. Así se los digo, sin exagerarles eh. Tenía fiebre, me sentía para el orto, estaba deprimida, sentía que el mundo se me caía encima. Hoy me tuve que poner de pie porque tenía que ir a trabajar (a pesar de que mi cuerpo seguía indicando
low batteries) y así le tuve que ir poniendo el pecho a todo. El evento del viernes va a salir y va a pasar. Los demás compromisos también. Mañana arranco con el curso de HTML que me mandan a hacer del laburo (y que, de paso, espero que me venga bien para aprender a manejar mi blog desde la cocina). Y eso. Todo se va a volver a acomodar. De a poco.
Los comentarios alentadores y de fuerza son mimos que vinieron bien. Los que hicieron comentarios similares pero por otras "líneas más privadas" (msn, mail, teléfono o personalmente) también. Los que pasaron de manera silenciosa pero que dejan una huella en las estadísticas de este blog, también aportaron. Gracias a todos.
Qué sé yo. Digamos que este golpetazo, este sacudón que me dio la vida en estos días, me sirvió para redefinir un montón de cosas adentro mío y poder reestablecer mis escalas de valores. Es decir: no darle tanta importancia a cosas que no deberían tenerla, y viceversa.
Como dije en el post de acá abajo: quiero mucho a mi blog. Y me lo tomo con una gran responsabilidad. Porque hasta ahora trataba de postear todos los días, de estar al día con la lectura y los comentarios en los blogs que tengo linkeados, de responder los comentarios de todos, de pensar
"tengo que postear... ¿sobre qué voy a postear?" como si estuviera planificando qué iba a cocinar a la noche en casa... Y llega un punto en el cual me sobrecargaba de exigencias. Entonces, mejor relajo. Y trataré de seguir cumpliendo, claro. Pero no me voy a sobreexigir.
Listo, bueno. Ya expliqué demasiado para mi gusto. Y en definitiva... ¿importa? Nah. Volví. Eso. O mejor: hagan de cuenta que nunca me fui.
En algún momento, acá arriba habrá otro post. Y otro. Y luego otro. Y así. Ni idea de cuántos días pasarán entre uno y otro. Pero sepan que nunca estuve, estoy, ni estaré demasiado lejos.
Etiquetas: Avisos parroquiales, Mar adentro