-Últimamente siento eso: que tengo ganas de darle un giro a mi vida. Que me estoy preparando para un gran cambio que todavía no sé exactamente bien qué es. Y me encanta, pero a la vez tengo miedo. Porque siempre me ataca esa indecisión de no saber si hay agua en la pileta, entonces, como una cobarde, me quedo acá, pisando tierra firme...
-Yo creo que vos tenés un montón de cualidades que son las que se requieren en este medio. Sos una persona que se compromete con lo que hace, que es responsable, que tiene gran capacidad para aprender. Esas son todas cosas que se perciben en vos fácilmente. Ahora, en lo subyacente, tenés más todavía. Tenés el espacio interior que se necesita para crear. Yo siempre digo que para crear y para dedicarse al arte, uno necesita tener mucho espacio. Si tenés una mochila cargada de cosas, no sólo todo eso te va a pesar y te va a cansar, sino que además no vas a tener espacio para incorporar cosas nuevas. Y vos tenés eso: un gran departamento vacío donde podés ir llenando los espacios con todo lo que estás aprendiendo. Tenés el lugar interior que se requiere para la experiencia y para que todo estímulo deje huella en vos. Fijate que siempre te dedicaste a actividades que tienen que ver con lo sensible, con esa cosa de encontrar adentro tuyo las herramientas que te van a ayudar en tu trabajo, y que a la vez se relacionan íntimamente con una gran capacidad de observación y registro de lo que está pasando afuera, a tu alrededor. Para ser fonoaudióloga tuviste que desarrollar un ojo clínico, y a la par, una sensibilidad especial que te permitiera trabajar con personas que tienen dificultades para comunicarse. Paralelamente a tu carrera, te la pasás coqueteando (todavía a modo de hobbie, o recién empezando a hacerte un camino) con actividades vinculadas al arte: estudiaste un año de Cine, escribís, estudiás Actuación... Todos los que te conocemos sabemos que no vas a terminar administrando un colegio, porque no es lo que te apasiona hacer. Este trabajo es el que te está dando una red de contención, especialmente económica, que te permite desarrollarte en tus áreas artísticas sin que te duela la panza porque tenés hambre. Así que no te preocupes. El camino se va a ir haciendo solo. Lo importante es que ahora sigas aprendiendo, experimentando, desarrollándote en esas otras vetas. No importa que todavía no sepas hacia dónde vas. Las puertas se empiezan a abrir en cualquier momento, y vos te vas a dar cuenta cuál de ellas va a ser la indicada, la que quieras traspasar. No te cases con ninguna idea. Mantenete lo suficientemente abierta como para seguir recibiendo y registrando estímulos en ese espacio de creación. Y cuando sea el momento indicado, vas a ver que zambullirte en la pileta va a ser algo sumamente placentero.
Gracias. Necesitaba de este diálogo que mantuve ayer con el Director de Arte del colegio en el que trabajo, un músico grosso en lo que hace, que me conoce hace 15 años y que inclusive me ha dirigido en varios talleres.
Palabras así dan fuerzas para seguir adelante. Lo posteo simplemente porque pueden aplicarse a cualquiera de nosotros y hacernos sentir un poco mejor en esta cosa cotidiana que tiene la vida de tomar decisiones, perseguir sueños, hacer lo que nos gusta o hacer lo que nos dé plata, y blah... Está bueno tener sueños.
Etiquetas: Mar adentro