Ojalá todo fuera tan simple como reacomodar las piecitas en un juego y poder formar palabras que denoten un estado de ánimo.
Tan simple como cambiar aunque sea la fichita de la última letra del huracán de sensaciones que me invade...
...y en vez de que todas empiecen y terminen con A
(ansiosa, angustiada, abúlica, agotada, apenada, apurada, atascada, atemorizada, atormentada...)...poder al menos poner una E final para formar una sola que alcance a contrarrestar al resto
(alegre).Quizás sea el momento de dejar pasar el turno y volver a meter todas en el cubilete para tirar de nuevo en la próxima vuelta.
Abandonar el juego no es opción.
Etiquetas: Mar adentro